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das hasta 1837, habiendo conseguido sólo seis. Yo he tenido la
ventura
ele
arlr¡uirir tres 111'Í.s,
y
actualm:nte estoy en 1·elaciones
con un anticua1-i1) euro¡Lo, quien me asegura qu e, en breves me.
ses m'ls, h1.brá obtenido Lls d o ediciones qne aún nos faltan .
Tal éxito
deb~rá
estim1.r3e conr> un:i. safo;facción r]e orgullo na–
cional.
Ac:ulenaia dé dibujo
La señora A<lelina Concha de Concha, fallecida en París, en
1894-, dejó un importante legarlo pa 1·a la fundación de una Aca–
demia de Dibujo.
o haliienclo local apropiado para que la nue–
va ir.stit ución funcionase se asignó, con el ca rácter d e provisio–
n a l, la antigua sala de lectura para la clase rle dibujo lineal,
y
el saloncito c0nocirlo con el nomlHe ele
los r!untro sietes,
en que
estuvo la librería de F.1entcs Pacheco, se destinó á la
de dibujo
natural.
Siendo yo un o ile los ocho vocales
á
quienes
la legataria en–
comendara la
cli1·ección de
las di\'ersas
instituci o nes por ella
creadas, mis compañeros tuvieron á bien in
ve~tirme
con el cargo
de organizado r é inspector de la A.endemia de Dibujo, comisión
que hasta la fecha desempeño,
y
que foé para mí bast a nte labo–
riosa en sus dos primeros años de organización, Ahora todo
m archa en ella como sobre rieles.
En la conciencia pública está la importancia ele! bien que hi–
zo
á
la juventud la scño?:a ele Concha con la n eación de la Aca–
demia, pues no son pocos Jos a lumnos de la clase de dibujo linea l
á
quienes ingenieros y arquitectos ocupan en la delineación y
copia de planos.
Sala de lecCu1•a
Desde el
3
ele Agosto de
1905,
por
iniciati~a
de S. E. el
Pre~
sidente doctor Pardo, quedó establecido el funcionamiento, por
dos ho ras, de la lectura nocturna, habiendo correspo ndid o el