. · DE LA BIBLIOTECA
NACIONAL.
destinarse para el Archivo los salones que ocupó el «Club Literario>1,
d ándose á esta Sociedad el departamento que perteneció
á
la oficina !le Es–
tadística. Así recobrará la Biblioteca el salón en que fné fundada en
1821, y en el que holgadamente pueden colocarse 18,000 volúmenes.
No ha sido posible practicar arreglo alguno en los códices del
Ar–
chivo. Ocho meses, con siete horas de trabajo diario, repartido entre
m corto personal de empleados, apenas han bastado para que podamos
lecir, sin presuntuosa jactancia, que ha renacido la Biblioteca de Li-
ma. Aún los espíritus mas exijentes ó apasionados contra el Director
tendrán que convenir en que, si hubiéramos acometido á la véz los ar.–
:.eglos de Biblioteca y Archivo, hoy, 28 de Julio, no tendría el país ni
Diblioteca ni Archivo. Harto se ha hecho.
Manuscritos.
~
ilPAsANDO
por alto los de Rodrigo Valdez y de Menacho, jesuitas li-
~
meños de gran talento y de vasta erudición, el
Cristo revelato
del
padre Acosta, los trabajos de Avila, Peñafiel, Jáuregui y otros sobre
materias teológicas; dejando aparte los
~7
4 manuscritos de los padres
de la Compañía de Jesús, relativos
á
asuntos canónicos ó filosóficos;
: estimando e:Q. poco el crecido número de sermones en el estilo gerun–
diano de los siglos XVII y XVIII, me contraeré solo
á
los manuscritos
de interés histórico, científico
ó
literario, que poseyó la Biblioteca.
Existieron en ella las Memorias de los vireyes, príncipe de Esqui-
1
ache, duque de la Palata, condes de Castellar y de Superunda, mar–
.1ueses de Montesclaros, Villagarcía y Oastelfuerte, obispo Liñán de
(
ll ~;neros,
Amat, Jáuregui y Croix, todas las que, afortunadamente, se
encuentran ya impresas. Se conservaban tambien las Memorias, bas–
ta hoy inéditas, de los marqueses de Mancera y de Avilés
y
la del con–
de de Salvatierra. Manuscritos notables eran, un tratado de
Cet1·en:a,
lu–
joso trabajo caligráfico que perteneció al emperador CáTlos V; un libro
de
Heráldica,
con preciosos dibujos á la pluma; la
Crónica agustina
de
fray Teodoro de Vázquez; una
Historia de Chile
por D. Pedro Figueroa
y
Oórdova, y otra de la misma nación por Basilio de Rojas; el
Viaje
á
la
Luna,
curioso centón sobre el Perú; ocho p1·oc'esos de la Inquisición de
Lima, entre los que se encontraba la causa co_ntra Francisco Moyén; los
-.;-ocabularios de las lenguas cuniva y seteba;
y
muchos documentos so–
brr la Compañía de Jesús, entre los que se· leían varias cartas autó-
~.,··
f'1,S
de los generales de la 01·den
á
los pwYinciales en el Perú.
J ,
:ios tenido la buena suerte de recuperar mas de la mitad de los ma–
nuscritos 'históricos ó curiosos que acabo de enumerar,
y
enriquecido
estF, sección con nue·vas adquisiciones.