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DFJ LA 13IBLIOTECA N.ACIONAL.
Salón "Europa."
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hay yá en éste espacio para admitir un libro más, siendo
18,630
1J1'
los volúmenes que hoy contiene. Se hace indispensable agregarle
el salón en que se encuentra provisoriamente el Archivo, y en el cual
há habido necesidad de depositar muchas de las obras sobrantes del sa–
lón
Eiwopa.
Los volúmenes en depósito alcanzan
á
la cifra de
4,318.
Comprendo que la clasificación hecha en egta sala no es tan mi–
nuciosa como habría yo deseado que lo fuese; mas, en sólo 44 estantes
no era posible hacer otra. Pienso que convendría destinar el tercer sa–
lón exélusivamente
á
obras antiguas, que no son las mas consultadas
por los lectores, dando así campo para el enriquecimiento de la sección
contemporánea.
Con anuencia del señor Ministro del ramo nombré Agente biblio–
tecario en Madrid al señor don Leocadio López, antiguo
y
respetable
editor en la coronada villa,
á
la véz que escribía
á
los principales lite–
ratos de España que, de antiguo, me honran con afectuosa amistad.
Mis egregios compañeros en la Real Academia Española se apresmaron
á enviar importantísimos libros, con ca1'tas que la prensa ha publicado,
y que así enaltecen
á
los que las suscriben como á la patria del modes–
to escritor á quien ellas son dirigidas. No por ser independiente ha de–
Jado el Pení. de ser el hijo predilecto de la madre Espafüi., y nuestros
recientes infortunios han encontrado en ella simpática y dolorosa reso–
nancia. Pruébalo la espontánea orden del gobierno español para que
la Biblioteca Nacional de Madrid favoreciese á la de Lima con el obse–
quio de las obras que hoy figuran en nuestros estantes.
La estrechez del tiempo no ha permitido que llegue, hasta esta
fe–
cha, todo el contingente de libros que nuestro desinteresado
y
entusias–
ta Agente tiene ya en su poder,
y
que rncibiremos por los vapores in–
mediatos. No obstante, la España de 1884 está representada en el so–
lemne acto de inauguracion de la Biblioteca por un copioso donativo de
libros.
Mi digno amigo don Leocadio López no se ha limitado
á
llenar
su cometido de Agente bibliotecario, sino que
há
hec·ho el obsequio de
dos cajones de libros de su propiedad;
y
nuestro ilustre compatriota
don Juan de la Pezuela, ' conde de Cheste,
y
actual Director de la Real
Academia, ha enviado sus cuatro monumentales libros para que figuren
entre los de los escritores peruanos,-Don Ramon de Campo-amor, don
Marcelino Menéndez Pelayo, r1on Gaspar Nuñez de Arce, don Leopol–
do Augusto de Cueto, los señores Roca de Togores, Cañete, Rubí, Alar–
con, Arnap, Balaguer, Gaiindo de Vera, Fernandez-Guerra, cuanto nom–
bre, en fin, forma hoy el orgullo de las letras españolas, ha contribuido
con el precioso óbolo de las obras de su ingénio
y
pluma al renaci–
miento de la Biblioteca ele
Lima.