...;_ 47 --
de en
45
y
50
peRos. Lo propio ha sucedido coh
el maiz, que tiene un consumo exti·aor<linario en
la multitud de chicherias que hay en
la
ciuclH.(1 y
en los pueblecitos, con las papas; el agi, etc. Se–
gun los cálculos mas aproximados, estas produc–
ciones se hallan repartidas en la campiña de Are–
quipa del modo siguiente:
Siembra de
tri~o
................•
ü,000
topos.
((
de ma1z .................
5,600
((
({
de alfalfa .................
1,500
((
((
<le papas .................
.500
((
((
de legumbres diversas.
500
((
Total................
14,
l
00
topos.
Estos
l tJ:, 100
topos representan un capital de
seis y medio millones de soles. Hasta hace muy
pocos años valia el topo de terreno de beiscientos
á
setecientos soles: hoy esos mismos terrenos va–
len ochocientos y mas soles cada topo. En las me–
jores chacras de Cañete y Chincha
y
aun en las
inmediatas
á
Lima, no vale la fanegada mas de
ochocientos soles: como cada fanegada tiene ocho
y medio topos próximamente, resulta que el valor
de la tierra en Lima relativamente al que tiene en
Arequipa, se hallan en la proporcion de
8 1
á
l.
Asi , el precio de una fanegn.fla en Arequipa es de
6,800 soles!
Para el abono de la tierra se emplea el huano
desde tiempo inmemorial:
á
los cultivos se les dá
la mayor extension posible, habiéndose formado
en algunos parajes como en Chilina, que es donde
se han hecho prodigios
á
.
e re. pecto,,
g raneles