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anrlenes
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escalones en las cuestas rle los cerros,
á
manera de los que formaron los antiguos Incas:
es::ts alturas cubiertas de vegetacion ofrecen un
cuadro variado
y
pintoresco.
La
acumulacion de
40, 000
almas en un lugar cuya campiña es muy
reducida y las dificultades que por los malos ca–
minos
ha
presentado siempre el comercio con
la
costa, son las dos causas de este adelanto en la
agricultura.
Finalmente, en cuanto
á
instruccion pública,
nada ó muy poco tenemos que decir, porque es
muy reducido el número de colegios, y todos sa–
bemos que este ramo se halla muy descuidado en
la República,
á
pesar de la multitud de decretos
y disposiciones que sobre la materia se han dado
y se dan todos los dias. Si es cierto que hay en
Arequipa un
Seminario,
cuna de algunos hombres
que se han hecho notables
y
de donde salen todos
los años abogados instruidos, ¿en dónde están, nos
hemos preguntado mas de una vez, los estableci–
mientos de instruccion para el pueblo; las aulas
donde siquiera se euseñe
á
leer y á escribir, al–
gunos elementos de gramática castellana y de arit–
mética? Desgraciadamente no existen. Y entién–
dase que estando la propiedad sumamente dividi–
da en Areqnipa, se han formado en derredor de la
ciudad
un~
multitud de
pueblecitos~
tales como
Sabantlia, Tiabaya, Tingo, Yanaguarn, Caima,
Paucarpata , Socabaya y otros muchos, no habien–
do conocido en los que nosotros hemos visitado,
un solo establecimiento de instruccion pública.
Conveniente seria que el Congreso y el Gobierno
se
fijasen
algo en
esta oirounstanoia
que,
á
nues"'