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impuestos en jeneral pesan sobre el co 11 su rnidor,
y
ag1·ega
que
el
comerciante, no s iendo mas que
d
n~gulador
de los p1·e–
cio8,
no recibe ningun perjuicio dei aumento ele los gastos de
la. cond uccion,
y
por esta,
y
por eBta,
y
porque
b
obra
fa–
cilita últimamente ]a carga
y
descarga,
y
tambi011 porque to–
do e8tá claro, no lrnn clebülo pedir aclaracjones. Califica
á
los
firmantes
de abogados ele,Jiclos z;ara defender la causa de los
nwnopolistas
y
contrabandistas,
por haber pedido se resuelva
lo que se hará con lm:; vapores de la compañia del Pacífico
que tienen
f)U
muelle propio;
y
.·iguen cinco acápites contl'a
l os ingleses
y
sus
abogados .
So b
urla últimamente (le algu–
nas de las aclaraciones pedidas
y
aca.ha,con un amenaí:íante
continil.ard.
Sirven
de
ornato del artículo las injurias que ha
ido sembrando
á
cada paso corno flores de retórica.
La queja que dirije al público, es corno se vé bien singular.
Si el comerc io del Callao manifestó en
un
estenso escrito los
inconvenientes, defectos
y
peligros que entraña.ban las bases
de convocatoria.
y
si pidió cntl'C otras cosas
y
a.l
fin
obtuvo la
próroga de treinta días, no había
do
ser para estar en silen–
cio n1irando como estafermo correr los t1·einta días, sino para
aprovechar del tiempo haciendo observaciones
y
procurando
mejorar con nuevais posturas lo defectuoso (le las bases. Si
estas hubieran quedado como estaban, habria sido fácil mejo–
rarlas, pero" junto con el decreto ele próroga salió el de la
aceptacion d.e la nueva propuesta de
la
casa de Templeman,
Bergman
y
C~,
que en térrninos generales
y
con la concision
de un oráculo, ofrece percibir por única. retribucion de la
obra, un
5
p,OzO menos de lo que actuahnent.e paga el comer–
cio en cmha1·que
y
clescrnbarque, con tal de que esta suma no
exceda
ele
la tarifa fijada en las bases. Esta propuesta ostenta
un fondo que alla11a una gran parte do los inconvenientes
aducidos en contra del decreto de convocatoria; pero se ha
redacta.doen términos enigmáticos
é
impropios de la serie–
dad con que deben ser tratados los asuntos 11aciona.les. ¿Cuán–
to ga.sta actualmente el comercio en embarque
y
desembar–
que? Cada comerciante lo sabe por sus libros
y
planillas;
unos gastan mas, otros ménos, segun los ajustes que celebran
con los lancheros. Si la nueva p:irnpuesta hubiese de tomarse
á
la 1
t:ra,
no
tenélria
el
pago
del impuesto mas
regla
que
la