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o se
hn,ce
de modo que
ellos
ceda,u en pl'O vecho del Tesoro
Nacional,
y
que no pasen
á
favo1·ecer el monopolio? Al ajus–
tar el contrato ¿se calcularían detenidamente los resultados
que iba
á
tener en favor de particulares aquella empl'esa? Lo
cierto es que no puede menos de resentirse
y
aun alarmarse
el pati-jotismo al ver que se ceden
á
especuladores particula–
res las empresas provechosas
y
seguras del Callao,
y
se arl–
judican ó ga1·antiza11 por el Gobierno la.s éle utilidad incierta
y
ménos segura.s.
Sea cual fuese el l'esultado de la, i·ep1·c. · ntacion elevada por
el eomercio del Callao
y
de esta capital, no quedará eluda á los
reclamantes, de que sus acertos están sólidamente comproba,–
dos, de qne sus opiniones coinciden con lo. de los pensadores
patriotas é imparciales que han abierto juicio en la materia,
y
de que los resultados manife. tarán que la justicia, el acÍQrto
y
la pureza ele intenciones han estado ele su parte.