127
inmediatamente a tomar las declaraciones correspondientes, sin
embargo de las sumas incomodidades que se experimenta en es–
te sitio nombrado los (altos) de San Martín, por la rijidés de
su temperamento; habiendo, sin pérdida de tiempo, la devida
especulación del reconocimiento de todas las quebradas, cami–
nos y cerros, con gente práctica que al presente se halla, me–
diante el auxilio que obtengo dado por el Capitán de Caba–
llería Don Pedro Villafuerte, Azentista de tabacos de la ciu–
dad de Lima a la del Cuzco.-Altos de San Martín, ocho de No–
viembre de mil sete0ientos ochenta
y
tres.-Jacinto Iriarte."
"Señor Don Pedro Villafuerte.-Muy Señor mío: conviene al
servicio de su Magestad que Dios guarde, certifique Vuesamer–
ced al pie de ésta todo cuanto ha llegado a noticia de VuesaJ
merced tocante al sitio, temperamento
y
demás circunstancias
que han ocurrido con la tropa
y
reos que, bajo de mis órdenes,
son conducidos para la ciudad de Lima.-Dios guarde a Vue–
samerced muchos años.-Tambillo, y noviembre nueve de mil
setecientos ochenta y tres.-Beso la mano de Vuesamerced,
s~
afecto servidor.-Jacinto Iriarte.-Capitán de Caballería de Mi–
licias de
k.
ciudad del Cuzco. Don Pecho Villafuerte
!'
Azentis –
ta del Real Ramo del Tabaco de la ciudad de ;Lima a la del Cuzco."
"Certifico, en virtud de la carta antecedente, como es cierto
que hallándome en las inmediaciones del pueblo de Allabi, con
el destino de
pas~r
a la ciudad de1 Cuzco con ·"?Íeu cargas de
tabacos de mi cargo, tube noticia por el Señor Doctor Don Pa–
blo López, Cura
y
Vicario de la Doctrina de Tambillo, las in–
comodid&des que el d estacamento que conduce los reos para la
ciudad de Lima, esta ba esperimentando por falla de mulas
y
providencias en el lugar nombrado los Altos de San Martín.
Con cuyo aviso, concibiendo los graves perjui.dos que se se–
guía al cumplimiento de las órdenes del Excelentísimo Señor Vi–
rr ey, a los intereses de la Real Hacienda y
?.
las fatales con–
secuencias que por su mal intemperie resultaría en la tropa
y
reos, tomé la determinación de dejar las dichas cargas de ta–
bacos con la custodia de mis criados,
y
pasé con ci en mulas a
sacar dichos indibiduos del referido l:ugar, contemplando ser esta
providencia del superior agrado de mis jefes, mayormente cuan–
do por la práctica que me asiste, aseguro que es el dicho lu–
ga r el má s incómodo de esta carrera , así por lo frígido de su