ALMA LATINA
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He estad0 esta mañana en el San–
tuario donde he asistido a toda la no–
vena que los padres domínicos han
organizado en honor de la Santa pa–
trona de esta metrópoli, y de todas
las Américas y Filipinas por voluntad
infalible de uno de los Clementes.-Lue–
go he pasado al sitio histórico don–
de la santa criolla destejió su vida,
esa vida llena de dulce monotonía
y
blandura. que se dijera el más expre–
si\'O capítulo colonial.-Pero mi espí–
ritu se ha sentido apenado al com–
templar cómo degenera la histórica y,
en otro tiempo, aristocrática romería.
Sólo unas cuantas parejas de anóni–
mos enamorados, unas pocas huacha–
fitas de las que aún usan el ''entravé''
y esferas concéntricas.-dos o tres re–
ligiosos de espíritu po~o evai1gélico;
muchas, muchísimas viejas de manta,
perritos de tod::t~
}é}S
bodas litúrgicas
y ..... nada más.
·
,
Creo. que ·'~aroliri.a
y
yo -.énpi10!'¡ las
únic;as m_µchachas cono~idas que ha–
bía;· no s'é _si niás ,tarde 'haya i;nejora–
<lo la cosa; pero a juzgar por el desfi–
le no lo creo; y es entonces que he sen–
tido una santa piedad para mi tierra
que ho sabe ni siquiera festejar las
efemérides más genuinamente
lime–
ñas; que a todo trance quiere romper
con su pasado
y
entrar en el cosmo-
politismo de opereta.
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•
Si no por un sentimiento religi0s<i,
del que mi tolerancia dispensa a cual–
quiera, por lo menos por un senti–
miento histórico y tradicional, en el
que soy intransigente, esta romería
debía ser espléndida como anteslofue–
ra.-Pensar que entonces hasta el vi–
rrey asistía acompañado ele todos los
empingorotados señores que forma–
ban su corte, y hoy apenas uno que
otro jefe de sección de ministerio, de
los que van a tentar baratas conquis–
tas, a aspirar el 3:lmizcle y el vaho
caliente de los pólvos de arroz y la
agitación de alguna chiquilla trigue–
ña de oscuros ojos que se viene a pié–
desde el Carmen o Manteras.
¡Oh,
santa Rosa, rosa de Lima, pa–
trona de las pollas criollas! Compren–
do que tal vez si no pasaste de la es–
fera de una bonita y simpatiqnísima
huachafita; pero la aureola de santi–
dad te ha llevado a los ~dtares veres
nuestra patrona.-l\lenos mal,~ t;:im–
biér.. las tenemos pero forjadas no 'por
la virtud sino por un buen !mafrin;o–
nío o por el becerro de· oro.
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·
_
. Y qué dificil es esto de ser s'anta.-S'i
yo no puedo rezar como se debe
la
misa de once en San Pedro en ctutnto
siento el taconeo de ese pollo de la
Facultad de Letras qúe hace versos
para "Alma Latina", que ofrece al–
muerzos y redondea sonetos, porque
sus escarpines me sacan de quicio y su
sombrerito suelto me marea.-Qué se–
ría .la pobre santa, tentada por un ca–
ballerete ostentoso y bello como un
querube y que por añadidura resulta–
ba' ser el mismísimo Luzbel.-Sin em–
bargo, ella salía triunfadora como
una rima de Becquer.-Y corría a ··su
silla" o "se lanzaba de cabeza al po–
zo," se colocaba los cilicios o se iba a
coloquiar con los lienzos de la capilla
como dice su biógrafo.
·-
Es una lástima que el zahurrierio
y
la mistur~, las pastillas y dem'ás em–
,belecos
de
mej_ores tiem_pos
~-ªYfl11
es–
capado _para s1empr:e.-T1emp_o_s que se
áñoran sin conocer,· en que el 'paso dé
iar pr9cesiones era festejqdO
COJ1 SO–
brecai:nas tle China que se
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colocabari
en las ca1ladas celosías.-En que el
treinta de agosto se hacía derroche
de lujo en la santa romería y en que
las calesas apenas si cabían en la tor–
tuosa calle.
Y aún después. porque hasta hace
poco las limeñas han acudido al re–
clamo en masa y han sabido festejar
a la santa patrona dejando una este–
la ya que no de zahumerio y de mistu–
ra, por lo menos de exhalaciones de
"Coty" o de ''Houbigant".-Hoy en
cambio, solo
el
"trebo! enéarnado" v
los polvos de arroz dueños del campó.
La huachafería todo lo invade, todo