I I
4',
que sea,
.nunea
lo sera
tanto
como
el
que
reside
en el dormitorio de madres, é hijos en sC'mcjantes circuns–
ta ncias,
á
pes:;r de quantos olores "quieran mu!riplicar en
él,
para u anstorno de las mas robustas cabezas.
Con este s0lo cuidado,
y
con el de
reyterar
á
menudo los paiíos de su limpieza, sin mas vuelcas,
y
re–
rcvudcas de faxa, ql1e la unica,
y
necesaria, para
sostener
sobre ellos una ligerísima ropa, estaba echo el.caudal de sus
cuidados,
y
tal \'ez
todo el preservativo de
la epilepsis ,
sin tanta impertinencia,
y
superflua
ceremonia, como
~as-.
tan con ellos, traqucandolos
á
todas horas con mil nimie·
dades,
y
embmtes, efec1os de una ridícula adulacion noto·
ria_,
y
palpable en esa chusma l'i!isima ele comadronas ,
ó
par.tecas, igoorantisi mas criaturas; p::ro dignisimas de que
el
Govierno las separase de la Sociedad, como una peste que
infrna los frutos del Estado.
Envaoo los sabios . Monarcas,
y
sus
fyfamigados,
darán acertadas providencias,
1!
Ílt1
de
fo
menear,
y
P'.º_te- .
ger
la utilísima faculrad de la Cirugia, envano
se engiran
colegio s, y seminarios,
y
envano sus aplicados alnmno s
adquiriran en ellos
los miles conocimientos neces:irios
para
el
caso~
y
otros much9s
~ue ,
abraza sus honrrosa
fa·
culead, mientras no ptovea de medios oportimos par.a a–
cabar con tanta chusma d,e viej3s parteras, curanderas, y em–
plamras, cuya ignoranda con una vil inclinacioo
á
la
lison–
jl
pervierte,
y
arrastra en pos de si una
gran p:irte .
del
Enado,
y
la mayor
~el
vello S_exo, en cuya estima–
cion vale mas
la dc:cision de una de tancas brujiiimas,
y
arrugadas eHatuas, que la de un Martín Murinez,-
y
ro,
dos los profesare
s.
Sienten estos Señores
ser
inutil administrar.
á
los
pitios
luego que nace11:
!am¡el¡cl
:.zeytc
~e
almrnd1as
dulces,
y