En esta ocasion yo no
fuí
preso
y
escapé de este
furor canino que los españoles han mostrado siempre
que se han hallado los hombres bajo de sus garras:
pero los miembros de mi hermano repartidos en las en·
tradas de Ja ciudad, el aniquilamiento de una familia,
inocente,
é
ilustre que habia mantenido toda la pureza,
sencilles, y dulzura de nuestros virtuosos padres y anti·
g·uos
Incas, por Ja magnánima resolucion con que el
padre habia querido
romper las cadenas puestas por
Ja avarica y el fanatismo, y cuyo peso agTava diaria·
mente el progreso de la inmoralidad ; el horror amarg·o
de ver el org·ullo español en triunfo por Ja comision
ele nuevos crímenes; todo esto dig·o, puso mi alma ago·
nizante en el lug·ar mismo de mi asilo.
La naturaleza,
me decia
á
mi mi mo, nos impele ácia Ja libertad,
y
Ja experiencia ele
los siglos solo nos mostrara al hom–
bre esclavo '
¡
Sus derechos estando escritos en su co–
rnzon, en Ja hi loria solo estad su humillacion
!
El
g·énero humano respeta
á
Caton
y
se humilla bajo
del yug·o de Cesar.
La posteridad honra Ja virtud
<le
Bruto, pero no la permite sino en la historia antigua.
Cortés y Pizarro someten una nacion virtuosa feliz
y
1·ica, a esinando
a
sus
reyes, scg·anclo
a
sus naturales
por horrorés espantosos, y la Europa toda reconoce esta
adquisicion por leg·ítima , recibe riquezas ensangrentadas
como
un
bien agrndable
á
su codicia ; y toda la obra
es bendita por un santo padre
y
sus suceso res.
Mi
hermano mártir de la libertad y amor
á
Jos hombres pasa·
ra por un perverso
y
su ten tativa por un crímen.
j
Con
que los siglos
y
la
tierra solo serhn Ja porcion del
crímen
y
la
tira nía !
¡
La
libertad
y
la virtud pisa-
1·an unos in . tantes solamente sobre algunos puntos
de
la
tierra!
E
parta,
y
el imperio del Perú brillan como
relámpagos en medio
de
inmen sa· tinieblas!
Pasaran
sus in tituciones en boca de Jos bandidos coronados como
bellas teorías
y
eoncepciones impracticab les! Ciertamen–
te todo me
era afüctivo,
y
entonces
las
afecciones
de