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mas costosa

á

la humanidad, la América,

y

para conser–

varla toma la resolucion <le sus padres,

y

como ellos der–

ramar la sangTe de Jos indios por torrentes con ig·ual

desprecio,

y

ferocidad : fulmina decretos de muerte

contra mi hermano

y

su familia, que se ejecutan c0n

suplicios horribles

y

varios. La esposa de mi hermano

sufrió la muerte en una guillotina; su hijo Fernando,

de

16

años de edad, su cuñado Antonio Bastidas, con

otros mas deudos, la recibieron en la horca, todo se

mandó presenciat· por mi hermano igu'almente atormen–

tado por este espectáculo que por el concurso nume–

roso de esclavos, que tranquilos espectadores

y

obe- '

dientes pasivos daban

a

aquel acto una solemnidad

de

triunfo. Y to<lo esto era solo el preludio de lo que

se le preparaba ; la saña española lleg·ó

á

concehir sus–

penderlo ha sta cierta altura mas ó menos elevada,

y

sol–

tarlo para que bajo d e su propia g ravedad sufriese frac–

ciones en los huesos, contusiones,

y

todo el estrago po–

sible en el cuerpo; tres dias lo tu vie ron en la repeti cion

succesiva de esta in vcncion de su fe rocidad, complaci én–

dose de sus estrag·os

y

preguntándole por sus cómplices

y

su d inero; sus res puestas filosóficas

y

la firmeza con

<¡ue las vertía en medio de los mayores tormentos, les

hizo ver una alma elevada

y

superi or

a

los alcances

'de

su ba rbarie ; irritados de no poder saca r ning·una con–

fesion que alagase su codicia, ó que multiplicase sus

víctimas, mandaron sacarle la leng·ua, · que había sabido

callar con tanto .heroísmo

y

solo pronunciar verdades amar–

gas qu e la adulacion

y

los esclavosjamas les hicieron oir :

todavía fué ma s .allí su crueldad.; para no perder unos

cortos restos de existencias que todavía mostraba mi

hermano

J.

Gabriel, le hicieron atar pies

y

manos

á

4

caballos para que fuese dividido en otras tantas partes,

y

no habiendolo

conseg·~ido.

<le este modo, el ver<lug·o

Jo

verificó,

y

mostró asf que un esclavo es el mejor ins–

trumento contra sus semejantes,

y

que puede disp1,lta1·

á

las fieras la

destre~a

de devorarlos..