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La de Bruselas, orgétnizada en
I
843, ha alcanzado, en medio si–
glo, á la cifrn ele
400,000
1;olú111enes
y
funciona de
10
h. a m., á
3
h. p.m.
La de Madrirl, fundada en
1.71
r sobre una base de
10,000
tomos
obsequiados por Felipe V., posee hoy poco más de 6oo,ooo volúmenes.
Es la única Bibiinteca Nacional que f1rnciona dos horas en la noche y
cinco en el dia. En cambiu perlllanece cerrado durante los me,.,es de
vacación veraniega (Ago,.,to y Setiembre) El salón de lectura admite
T20
personas.
Deficientes nuestroc; datos sobre
bs
Biblioteras de Italia solo apun–
taremos que la del Vaticano consta de
420,000
volúmenes, la de Flo–
rc.:ncia de
380,000
y la de la Universirlad de Boloña de
350,000
fasemcs á las Bibliotecas de la América latina.
La de Río Janeir0, según sus últimos catalogos, se compone de
310,000
valúmenes.
La de México, organizada por el presidente Juárez en el que fué
templo de San Agustín, contiene hoy
:>.20,000
volúmenes.
Lt
e.leSantiago de Chile, fundada en
1813,
llega á
70,000
volú–
menes;
y la e.leBuenos Aires se aproxima á
25,000,
cifra que ha exce–
dido
yá
la
de Bogotá.
La de Quito
con.~ta
de
18,000
volúmenes; la de Caracas ele
22,000;
la Je Sucre de
I 1,000
y su anexa, la de La Paz, en los pocos años
que lleva de creada, ha reunido
9,000
volúmenes.
Las de Montevideo
y
la Asunción nos son poco conocidas p•)r
rlatos uficiales. Nut:stro.;
informes privados dán
á
la primera
20,000
volúmenes y 8,ooo
á
la
seg~1nda.
D.:
e,.,ta compendiosa reseña resulta que la Biblioteca de Lima que
hasta 1881 ocupaba el tercer lugar entre las Bibliotecas de América,
se encuentra hoy compitiendo con las de Buenos Aires
y
Bogotá para
obtener el cuarto lugar, noble competencia en la que el triunfo
~erá
fruto de la perseverancia. Destruida co1110
fué la Biblioteca que San
Martín fundara, la actual solo cuenta ocho años <le existencia, y en ta11
corto la¡.isc• de tiempo halaga nuestru espí1 itu
y
fortifica nuestra fé en
un 111añana próspero, contemplar todo lo que se ha obtenido, merced
á
las
gencros~s
ofrendas de nacionales
y
extranjeros que han dispensado
henévola protección al estabkcimiento,
y
merced también á la buena
vo!untad con que el Supremo Gobierno, apesar de la desventajosa rrin–
dición fiscal ele la república, ha atendido mis siempre 111oderadas pre–
tensiones. Pequeño, relativamente, ha sido
el
progreso rle la Bibliote–
ca en el bienio que termina; pero él basta para comprobar que el esta–
blecimiento tiene ya sólida base
y
que su prosperidad, aún suponiéndo·
la lenta, se halla asegurada.
Lima, Julio
2
rle 1892.
Rica~do
Palma.