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do yá, dar alimento á la holgazanería en µal:; que, c0mo el nuestro, há
menester más que <le literatos <le hombres <le ciencias
y
hombres de
trabájo.
XV
Reseiln
co1nparntiva.-Conclusió11.
Las Biblictecas son Ja expresión !:>intética del grado de cultura de
]0s pueblos, y por eso cumple á los gobiernos prestarlas de.cidida y en–
ttt>-ia-;ta pr!Jtección. Pueblo q11e lee es Jigno de los g<>ces ele la libertad.
Solo la ignorancia en las mayorías puede ofrece1· pedestal fir111e al des–
potismo.
Ha cerca de cuatro mil años que un monarca <.!e
E~ipto
(Osman–
dias) creó en Memphis la pi imera Biblioteca ele que la Historia da no–
ticia,
in.~cribiendo
sobre stt pórtico esta significativa leyenda:-REME–
DIOS DEL ALMA.
Más tarJe fundó Ptolomeo, en Alejandría, la valiosa Piblioteca
que al ser destruida por un acto Je salvaj1slllo guerrero, idéntico al que
la América presenciara en las postri111e1 ias Je nue,.t1·0 civilizado siglo
con la Biblioteca de L;ma, alcanzaba, ,;egún el hist,,riarlor Josefo,
á
Ja
enormbima cifra ele
200.000
volú111enes. Y llámola enormísima tenien–
do en cuenta que, en tiempos en q11e la imprenta no exi,tía, eran el
papyrus,
como mas tarde el
per~amino
utilizado después p;ira los
f'a–
linsestos,
asocia,..ios al
cálamo
de caña y después
ú
la plullla de ave, los
elementos constitutivos del libro.
Atenas, con su Biblioteca de Pisistrnto, y Roma con la de Polión
sobre el .c\.ventino, despertar0n, en
los siglos III
y
IV,
la afición Je!
pueblo árabe á reunir, en Jetcrmi11a<los edificios, las producciones es–
critas riel humano ingenio. A-'>i nació, entre otras de menor importan–
cia, durante la dominación de los moros en E,.;paña, la famosa Bibliote–
ca de Có1·dova q
ue llegó
á
reunir
250.000
volúmenes.
Vino la imi;
re1.ta.e::n el siglo XV, y con
c.:11<1
la popularización del
libro que antes solo e.,tuvo al alcance de los hombre,; ele <.Íencia
y
alta
posesión social. Datan de: entonces las Bibliotecas Nacionales de Eu–
ropa entre
las que son las 111as nutab"es, por el caL•<lal Je libros aco–
piados hasta DiLic:ml>rc: <le
18c:;.o,
las
si~uientes:
La ele París, cuya sal;.i de:: lectura ad111ite
410
personas y que con,.,–
ta de
3.000,000
de volúlllcnes. Funciona, con excq)ción de: los d_ias
fesfr.Tos, desJe
la~
1 I
de la lllañana ha,.,ta
las cuatro de la tarde.
La de Londres
(Briltslt
il-fustum)
tiene capat.idad en su salón pú–
blico para
316
lectores,
y,
como la :!e París, funciona cinco horas dia–
rias; su caudal es Je
2.800,000
volúmenes.
La de Berlín está á disposición de los lectores por cinco horas
y
admite hasta
240.
Su catalogación <lá
1.500,000
volúmenes.
La de San PetLrsburgo con
1.200,000
volúmenes.
La de Viena, la ma:; 1·ica Biblioteca del mundo en
incunables
y
elzevires, se compone de r
.000.000
de volúmenes. E4á aLie1 ta
poi~
ci.-.cohoras y ad1111te
100
lectores
La de Munich funciona des<le las 8 h. a. m., hasta la
1
h. p. m.
y
recibe
140
lectores. En sus estantes hay
700,000
volúmenes.