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deciéndole en cuanto le mandaba,
y
aún cuidando la artillería;
además de que no es verosímil que siendo tenido por d.e la
fa.
milia, dejase de servirle con gusto,
y
lo comprueba el traerlo
regularmente a su lado, pues si estuviera forzado, no haría c<ln–
fianza de él; dice que aunque iba con el Rebelde a todas las
expediciones, pero sólo corno compañero sin destino alguf!O,
y
sólo alguna otra vez cuidaba de las mulas de silla, pero nunca
de la cama, ni de la artillería,
y
que iba a su ladQ, porque
tenía miedo ele que lo matasen,
y
responde.
Preguntósele cómo niega no cuidar de la cama,
y
aun alguna
vez la artillería, cuando esto consta por declaración de los tes–
tigos; además no era verosímil llevase Túpamaro · un hombre
inútil que no le sirviese de cosa alguna, dice: es falso el cargo,
y
que en lo demás lo llevaba, porque lo mandaba,
y
responde.
Preguntósele si cargaba arma alguna en las expedicione;:;,
di–
ce: nunca cargó arma alguna,
y
responde.
Preguntósele si sabe quién le auxiliaba al rebelde co:1 gen–
te, armas
y
municiones, víveres u otros efectos, dice: no sabe
cosa alguna.
Preguntósele si sabe quién le escribía, dice: no sabe,
y
res–
ponde.
Preguntósele cómo niega
l~s
preguntas antecedentes, cuando
andando el confesante a su lado, era regular lo supiese, dke:
que él no entraba a casa del rebelde, sólo para los caminos
le servía,
y
le trataba de inútil, congo,
y
responde. (d)
Hiciéronsele otras preguntas
y
repreguntas, dijo: no saber
a l res·pecto, en el prefacio de Tres Relaciones de Antigüedades
P eruanas (Madrid-1879) un
juicio cabal de lo que fué este
americanófobo virrey.
"El Virrey· -habla Jiménez de la Espada- Don Francisco
·de Toledo
( 1569-1581) celoso en demasía del prestigio de la
a utorid ad que representaba,
juzgó que una de las salud:ibles
medidas de buen gobierno que debía llevar a
la práctica, era
h
completa extinción de
la raza inqueña hasta el último de
los pretendientes posibles, ajusticiándolos y deterrando a leia–
nas tierras
y
enfermizos temples a sus 'familias
y
deudos."
Ningún historiador ha hecho un juicio
tan cabal
y
verdade–
ro, del virrey s·anguinario Francisco de 'Toledo, como este tan
s~vero
y
l~cóni~o,
de Jiménez de la Espada, quien, como es sa–
bido, no s1mpat1zo con los hombres ni las instituciones del Im–
perio de los Inkas.
(F.A .'l:.)
(d)
El vocablo "congo" usado desde la época del Virreina–
to, se usa todavía en muchas provincias del Perú, con el signi–
ficado de: "pequeño de estatura".