Previous Page  97 / 176 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 97 / 176 Next Page
Page Background

89:

se recibió juramento que hizo por Dios Nuestro Señor, y una

señal de Cruz, según derecho, so cargo del cual ofreció de–

cir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, y siéndolo–

corno se llama de donde es natural, su edad, estado, calidad,

oficio, y si sabe la causa de su prisión; dijo: llamarse Juan

Túpamaro, natural de Tungasuca, provincia de Tinta, de edad

de treinta y cuatro años, casado con Susana Guerra, española,

que no tiene oficio cierto, pues unas veces hace de chacarero,

otras de arriero, y que presume estará preso, porque lo encon–

traron en Tungasuca, y decían era hermano de Josef Gabriel

Túparnaro, y responde.

Preguntósele qué parentesco es el que tiene con Josef Gabriel,

dice que su madre Ventura Monjarás estuvo casada con Miguel

Túparnaro; pero el confesante ya había nacido antes, y es fuera

de matrimonio habido, según le ha dicho un Josef Aparicio,

y

responde. (ce)

Preguntósele si ha estado forzado con el rebelde, o le ha re–

cibido de su gusto, dice: ha estado forzado, y responde.

Hízosele cargo corno dice ha estado forzado, cuando consta

de estos autos, le servía a Túpamaro, llevándole la cama, ohe-

(ce) Quien haya revisado las informaciones, autos y otros

documentos, que se fr.aguaron por los conquistadores y gober–

nantes españoles alrededor de los descendientes o parientes in–

mediatos de los Emperadores inkakos, d·escubrirá, sin mucho

esfuerzo, una sola fina"lidad: Ja negación y aniquilamiento d·e

toda huella del dere-cho, que pudieran tener los probables y

legítimos herederos al trono imperial. De

.allí

que en estos autos,

contra Juan Bautista Túpac Amaru, se pone en boca de éste

la declaración de que había nacido antes del matrimonio de

Miguel Túpac Amaru con su madre V·entura Monjarás. Es de–

cir, que no era hermano del Gran Ca·udillo de la Independencia,

José Gabriel Túpac Amaru, cuyo padre fué el dicho Miguel Tú–

pac Amaru.

El más vehemente apasionado de esta política curialesca

y,

·destructora fué, sin duda alguna, el .Virrey del Perú Don Fran–

cisco de Toledo,

quj.en

la llevó al extremo de inventar declara–

ciones de viejos kipucamayocs, en las que a-firmaban que los

fundadores del Imperio de los Inkas y, desde lwego sus descen–

dientes, solamente fueron vulgares usurpadores; y que, por lo

tanto, el legítimo dueño

y

soberano del Tahuantinsuyo no era

otro que el Rey de España. . . Toledo, fiel a su pauta de go–

bierno, exterminó a los príncipes inkaicos.

Y esto que decimos no es

u.na

afirmación parcial o capri–

chos.a nuestra. Es la verdad histórica. El laboriosísimo histo–

riógrafo español Marcos Jiménez de la Espada nos ha dejado