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bano hise saber lo contenido en el decreto de arriba al D1·. Don
.Matías lsunsa, .Presvítero Abogado de la Real Audiencia de Li–
ma, en su presencia, estando en las casas de su morada, y en–
terado en él, dijo: que aceptaba y a ceptó el cargo; y juró, "in
verbo sacerdotis tacto pectoris ", de usar fiel
y
legalmente en
la diligencia que se· le en.comieuda, y la firmó; de que doy fe.–
Dr. Insunsa.-Thomás de Villavicencio.-Escribano de Su
l\fa-
gestad y Público."
· ·
"El Abogado nombrado de oficio- ·para la defensa d e Juan
Tupa Amaro, en los autos criminales contra éste, sobre com–
plicidad con el Hebelde Joseph Gabriel Tupa Amaro, en el r e–
belión intentado y ejecutado, y lo demás deducido, respondiendo
al traslado de la acusación del Solicitador Fiscal, dice: q ue en
Justicia y usando de piedad, se ha de servir U. S. manda1·
se
le absuelva de toda pena,
y
cuando a esto no haya luga1-, se
le conmute la ordinaria que pide djcho Solicitador en alg una
arbitraria que no sea de sangre, por ser así conforme a
jus–
ticia y siguiente.
De la Sumaria recibida ante el Justicia Mayor de la pro'lin–
cia de Quispicanchi, no resulta mérito para que a este reo se
le aplique
ía
pena ordinaria; pues aunque el primer testigo
de ella que es Don Hilario Yáñez declara todo lo que refiere
en su deposición de f .. . , y que al parecer funda algún delito;
éste fué Juez, según el contesto de la carta de f .. . ,
y
como
tal prendió a Juan Tupa Amaro, y remitió al citado Justicia
Mayor, y por consiguiente, no pudiendo ser testigo por dere–
cho, su declaración es nula y nada prueba. Los demás testi–
gos sólo dirigen su deposición a que dicho Juan fué herma –
no del Rebelde por parte de padre, que lo fué (dicen) Miguel
Tupa Amaro; pero esta relación de hermano a más de estar muy
dudosa, pues el rebelde nunca llegó a probar con fundamento
ser hijo de dicho Miguel; y por esto se decía que fal samen te
se apropió el renombre de Tupa Amaro;
(1 )
no es bastante de–
mérito para tanta pena, si por otra parte no se le convence de
grave delito. Ni para quitarlo de enmedio, como quiere el So–
licitador Fiscal, es forzoso despa.charlo a
la eternidad; ser ía
s uficiente desterrarlo a algún lugar remoto y distante de es tos.
De la sumaria recibida ante Useñoría tampoco res ulta deli–
to que exija tan grave pena. Los testigos de eil!l,
los más,
(l)
Nunca se puso en duda que José Gabriel Túpac Amaru1
fuera hijo de Miguel Túpac Amaru. Es te argumento del defe nsor
de oficio, Doctor Insunsa, sólo es un a argucia para
llevar
Ja
duda al criterio de los jueces. (F.A.L.)