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SILUETAS
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XIII
Ojos bondadosos
y
serenos. J\1i–
rada diáfan a y cristalina que pare–
ce sentir la infinita melancolfa de
una nostalgia azul.
Cabellos castaños y blondos como
si en ellos se hubieran unido tJnues
penumbras de sueño y gloriosas
claridades de sol.
Su busto se erige sobre el presti·
gio del talle con una soberbia ele–
gancia y la línea de su cuello finge
una primorosa azucena que tuvie–
ra la piadosa inclin acic,n del níveo
cuello de una vírgen cristiana e im–
plorante.
La música de su nombre es tim–
bre de amor, de misticismo
y
de
poesía. Es a mor puro, intenso y
divino, amor místico en los versos
de una sa nta admirable y es poe ·
sía triunfal en un canto magnífico
del gran Espronceda.
Y en la noble ascendencia de su
raza hay nombres que ilustran los
anales republicanos en la política ,
en la historia y en la poesía .