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· ALMA LATINA
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Filomena Grnu Astete el
22
Carmen Bez<1da Tovar. el
26.
Métrgot
del
Alcélzar el
27.
Cumpleaños
El
14
t:um1ilió años la dístingni
da señorita Angélica Vásquez de
Velasco viéndose muy felicitada por
sus r1m1gas
J.a
señorita Angélica y
su
herma–
na
Aurora agaséljaron a sus visi–
üi
ntes con la simpa tia
y
exquisitez
que las distinguen,
De las siluetas
Acertaron con e l nombre de ]a Si–
lueta
XI
las siguientes señoritas;
Elvira Li,-son,
Eva
Arróspide de
la Flor Luz Barreto C. Rosa Bar–
nechea Ezeta, Teresa Almenara
I
ri–
goyen, María Jesús Fi:-rnández de
Paredes
y
Luisa Alcorta Conroy,
resultando agraciada en el sorteo
la última de estas señoritas.
La Silueta
XII
es de la señorita
María Elvira Lisson
y
Tirado.
BOCETOS
JOSÉ L. LLOSA BELAÚNDE
Es este solemne señor un arequÍ·
peño de pura
y
genuina cepa. de
aquellos cuyos
a
bue los recibieran
solares del magnífico fundador. D .
Pedro Anzures de Camporredondo,
d1: esos que no d ejan pasar un
día
de reyes sin
ir
a los perales de Tia–
lrnya , 11i una noche de luna sin re–
cordar los yarades de Melgar ... ...
Y
como arequipeño es bueno,
fo–
goso y µoeta, cnn la bondad de
itquella tíe1 ra de promisión que µa
rece querer acercarse al cielo con
sus doradas escalinaté1s de üig;.des
en sazón; fogoso con la llama en·
vuelta en nieye de )os tres encanta–
dos guerreros que velan con sus
ca~cos de plata el sueño de la sulta–
na, poeta cor,
lé1
p,1esía intraducti
blP
del azul sin manchas . de las ar–
boledas 11enas de melancolía. de ]os
jardines aliñados y los blancos ca-
serones ... ...
De su actuacíón en las aulas de
San Marcos . poco os contaré que
no sepaís. No hubocausa buena
ni iniciativa noble que no :fuera co–
bijada con cariño en su cerebro po–
te11te
y
en su pecho generoso.
La
intriga no lo hizo nunca presiden–
te
ele
ju,·entudes marchitas ni lo
ungi en,n las humillaciones preclilec-
to de los Dioses de copias
y
de co–
mentos ... ...
Esconde, así como las deliciosas
huertas de sn tierra ocultas por te–
rrosos paredones, detrás de su gra–
vedHd imponente
y
de su «seriedad
esparta
na»,
un alma risueña de Pie–
rrot amado por muchas colombi –
nas,
un
pernrnnente humor que
a
ratos suspira por leer en la quinta
familiar lc1s amarguras deSchopen–
haüer
y
otras veces cieri a los códí–
f!OS
in-digestos para contar un
chascarrillo merídionalmente expre–
sivo o hacer la apología ferviente
de los estancos ..... .
T~l el amigo mío
y
tuyo, lector.
cuya agresiva modestia me impidi6
bocetearlo cuando estuvimos jun·
tos
y
al que hoy puedoensalzarim-.
punemente bajo la garantía de las
las trescientas millas marinas
y
los
doscientos kilómetros de ferrocarril
que nos separan .
Cuando llegue la hora en que vol–
yamo~. errantes golondrinas, a fa.
IJricar nuestros nidos de invi<>rno
en las cornizas de San Marcos, ya
el tiempo habrá hecho que me per–
done tamaño desacato ... ,,
GUILLERMO LUNA CARTLAND