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8im,a ~atina
-- REVISTA QUINCE~AL ILUSTRADA --
(
Para Ellas
y
para Ellos
)
AÑO
I
LIMA,
4
DE
lVIARZO DE
1916
=
No. 15
====FIGURAS EXCELSAS=====
NARCISO ARESTEGUI
Es
quizás el único novelista que ha ·tenido el Períi. Así lo han juzga–
do en su épvca por el entusiasmo que despertó su obra maestra «El Pa–
dre Hor:-ín» que hoy se ha olvidado y si todos nuestros hombresde.,.etras
cultiva1-on la poesía y el teatro, de preferencia, Arestegui foé el único que
enamorarlo del suelo en que naciera, de nuestro criollismo retozón y pin–
toreSC<l, creó la novela nacional, en la que sus continuadores no han he–
cho sino unos poc<ls ensayos felices.
Pué militar el año
1854
durante la guerra con Bolivia. y más tarde,
en
1869.
ocupa
ndo la prefectura de Puno, mu1·ió ahngado mientras pes–
caba en el lago
Titica.ca.Dejó tres n
ovelas-dice Juan de Aron.a-' El Padre Horán,,, escenas
de la vida del Cuzco. "El Angel Salvador" y '·Fnustina".
"El Padre Horán" hiz0 furor . ya por estar basado en un suceso his-
tórico,
ya
por ser una feliz y primera localización de Eugenio Sué ......... .
Es una novela escrita con tal
entrain
ó
arrastre y con tal fondo de color
local, que se lee con interés irresistible".
·
No pudo hallar mejor escenario para sus obras, que la ciudad que los
Incas fundaron regiamente y que los conquistadores embellecieran en la
policromía de sus templos y en la tranquilidad de sus solares castellanos.
Ciudad algo incáica y algo española, como la sede de los Césares y
de los Papas, guarda el recuerdo de dos civilizac iones grandiosas y bri–
ll ,1
ntes, llamándosele la Roma de los Incas.
Escribio para el teatro un drama en prosa , <cLa venganza de un ma·
rielo».
Hoy no pueje sostenerse que sea el único novelista nacional. Este
es el género m e nos cultivado en el Perú, por carecer de espír tu observa–
dor nuestros hcmbres de
let ras y por el prejuicio tan arraigado entre no.
sotros. de que no hay en
nnest.rom edio asuntos con interés y colorido
bastan t es para aprovec
harlos e ntan difícil género.
Cisneros, La valle. Casós. l a Matto de Turner y Mercedes C. de Car–
bonera, aunciue no siempre-' escribieran novelas sino plausibles erisayos,
han mostrndo admirable: visión de novelistas. estudiando la inquietud de
11ue,tra política y los vicios de la sociedad en que vivían.
Es de lamentar que no siempre en obras de a liento, clejara n el fruto
que en ensayos habían re\·elado. Tuvimos novelas más o m enos afortu–
nadas y hoy en la juventud que se ini<:ia se revela más de un noveli sta .
¡