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Sensnciones de vida, divinamente claras
Cuantas veces mi alma en su recogimiento
Os ha visto pasar como un rosario, lento..... .
Medianoche por filo. Las doce dan ...... sereno ..... .
El espíritu inquieto es 'corcel que sin freno
Se
lanza a los azule:; espacios siderales
I
besa a las estrellas, amantes inmortales.
Extraña sensación de placer y d é hastio;
El yo que se repliega por horror al vacío
I
es que empiezét
a
vivirse a si mismo en las horas
Divinas y fugaces, serenas y traidoras..... .
Suave decoración de interior. Eh la mesa
La
lámpara que baña de cla-riciad que besa
Con su fulgor las cosas. El reloj fatigante,
Implacable en medir
el
minuto, el instante;
El piano en la penumbra que deja vislumbrar
El teclado, cautivo del alma de Mozart,
'El prestigio de viejos muebles, de talladuras
Nobiliarias
y
antiguas, las borrosas pinturas,
Y
a
la
vera del fuego un ronquido animal:
El
gato que se duerme, satisfecho y sensual.. ....
Y
es tan dulce vivir sin penas, sin enojos,
Es tan dulce mirar sin qu'e miren los ojos
I
poder evocar en la sombra distante,
Un corazón que late misterioso y amante;
Sentirse dueño y rey, señor y feudatario
De ~n castillo muy viejo, hidalgo y centenario
Donde todo es de uno
v
uno es todo. La vida–
El asesino pérfido que nos hace la herida–
Pasando en el camino y llamando a la puerta,
La puerta recia y fuerte, para el Amor abierta
Y
sentirse feudal de tarita tiranía
De negarle la entrada a la vida del díaL. ....
Quisiéramos vivir más allá del presente,
Escrutar los designios del Destino inclemente;
Arrojar esta máscara dejuveutud, pasar
A
ser un dulce anciano de tranquilo mirar,
De luengas barbas blancas, blancas como
el
armiño,
Y
llevar en el alma la alegría de un niño.
En la utópica aldea, ser un viejo señor
Que contara
a
los siervos aventuras de amor,
Hablar del porte fiero, frente de
la
mesnada.
Del trofeo sangriento al filo de la espada,
Y
volver a pisar la senda florecida
Que fué el poema de oro de toda nuestra vida,
Y
asi, serenamente, vencedor de la suerte,
Esperar el galope trágico de la muerte
Y
amando aún la vida, patriarcal y provecta,
Confundirse en la lv1uerte ...... ¡La eterna línea rectal. .... .
Lima,-1915
LUIS GóNGORA