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no acercar los elementos hostiles que he procurado alejar. Créa–
me usted, nunca he tenido mas prudencia ni mas anhelo de
paz: la falta de objeto en la guerra i la conciencia de nuestra
gloria militar, me alejan ya del teatro hórrido de las armas,
queriéndome consagrar solo al mas útil i al mas benéfico traba–
jo de arreglar pueblos desgarrados por la anarquía.
Mando al sefíor Mendez su carta de retiro, accediendo a sus
deseos; estando usted allí no hai necesidad de otro ajente que
represente a Bolivia, hecha como está la Confederacion, cuyo
decreto encontrá usted
~n
El Eco
núm ... El sefíor Mendez
entregará a usted los fondqs sobrantes que debe tener a su
cargo, i aquellos datos mas necesarios al conocimiento de usted
para el curso de sus negociaciones. Mandaré a usted en esta
ocasion o en la inmediata un secretario, que no he podido to–
davia encontrar, como lo deseo, debiendo ser de estos Estados
i
uno o dos oficiales que acompafíen la Legacion.
11Recibirá usted tambie'n una órden i poder especial que se
le manda para recojer ,los fondos sobrantes que tiene Pardo.
Con una c9pia de su carta en que ofrece devolver otros fondos
descontando la parte correspondiente a sus haberes, etc., etc.,
miéntras existió el Gobierno a quien sirvió. Trate usted de
allanar eso ' lo mejor que pueda a fin de recojer los sobrantes
que no bajarán de
16,000
pesos, de los cuales tomará usted el
sueldo de medio afío mas sobre el que hubiere tomado de los
fondos de Mendez. Como no sé todo lo que esto importa, limi–
to esta mi órden hasta que usted me pase las razones de lo
que usted hubiese recibido i de los créditos que tenga contra
el Estado.
Al hablar de estos créditos, no pasaré en silencio mi obser–
vacion de que el influjo de este Continente es algo peligroso a
usted. Ya empieza a descender a pequeñeces que habia olvi ·
dado en Europa, a hacer acusaciones injustas,
i
a quejarse sin
motivo. Ningun boliviano tendrá ménos razon que usted para
hablar otro lenguaje que el de la ' dignidad, de la armonía i de
la consideracion por su Gobierno, prescindiendo de mí que estoi
mui satisfecho de usted. Le prohibo, pues, a usted esa clase de
censuras temerarias i acres, previniéndole que sea usted mui
cauto i mesurado en las contestaciones a Bolivia, de donde le