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jante solicitud. Jupong3mos pues h3\·cr marido! qlle no
permitan
á
sm preciosJs mirndcs
la primera cducacion
·de.
:sus propios Hij
.is:
Supo rigamo3 que
los
haya t3n b.Jrbaros,
ó
inconsiderados, que quiera n mas exponer
sus frutos
á
la
mi~eria,
á
la enfi:rmed•<l,
á
la mucrre misma,
ó
aquella
corrupcion de costumbres, que en
tiempo
los
~m:bare
al
hurto,
á
la maledicencia, mordacidad, yreligiosidad, estafa
&e::
(Y
no son
cmos
lo; cit rernos de vil rnrrupcion en que
sue~
len prorrumpir por hwerse mirado (On indifrm1ci3 la buena,
() mala raza, el origen, calidades,
y
circustanciás de las que
se eli,;cn para amas de su crianza?. Ojila no Jo focrw; pero
queda suficientemcnce i11si 11uada esta mJt eria. Suponiendo pu·
es
la realidad de hav::r maridos semt jar.tcs,
y
que quieran sa..
nific1r sus hij os, cxpeornien<lolos
á
que sea n con tiempo
la
afrcnca de su
lin~ge,
y
el csca11dalo
dd
Pueblo, digo que
no hay necesidad, obligacion, ni leve de motivo para que
~us
consones
tengan
e!
mal gusto Je obedecerlos;
y
aun pre•
cindiendo de
tan fJnesto caso,
como
no es posible pre.¡._
cindir del peligro evidente de su salud temporal, sin
0t·o •
der gravemente al Eicado, no pue,ien
las
madres ceder es·
u
obligacion por mas que
damen
sus ma1idos,
~in
jtlstl&
y
razonable causa que lo exija •
Lo
mas cicrco en el caso, si hemos
de
creer
á
li
experiencia general
e~,
que rarisima
vez,
ó
nunca se mes•
clan los maridos en esca especie de negocios, por mas
que
lo aseguren las Señoras mugeres.
La
prattica general es la
<le amiciparse ellas, man ifestando des eos de cx imine de
un
cuid•do que lo tienen por riguroso,
ó
menguado
en
las
bri•
llames circuntancias de ser mugcres de honor , merito,
su–
posicion ,
y
rndo
ras~o;
y
los SeÍlores Maridos prevenidos
~
tiempo con esta
insinua~ion,
toleran, ; nfrcn, callan
y
aguJn•
¡an>
propas;iodo~c: quan~ ¡;¡.1~s ~
*ngo
prt'guntados,
á
fra n.;
'1U(~
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