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Num. 8.
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El
SEMANARIO CRITICO.
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PROSIGUE LA
MATERIA Q!JE SE PHOPUSO
EN EL,
Ante.cedente discurso,
.
QUEDAN
imín1:1adas
en
el
precedente Dimmo las '
cau~.1~,
y
morivos
q.oepueden alegamos las Madres
.par~
c~imir~
del cuidado de alimenca.r
á
sus pechos el
fit~ro
de
sus
cr.tr:iñl s, con
el
destino de ser impugnadas, haciendo
p·arente
su
ningun apo yo, comQ puede ve.rsc;
en
el
s4guien:
te raciocinio. IJar
gusco
al Marido, que
sabe
sostener eJ
peso de las 0bl igaciones
~ne,xas
al titulo de
superior~dad,
Y,
prcmi ncnci:.i, subordina ndo con prudcnc4a,
y
rnon
el
reHq
de
,sus
miembros,
es
una mai<ima fuodamencal, eo que
o-pi~
el bermoso edificio de
la
es~abil idad,
y
armonía de
un ma–
•trirt1011io;
.y
en este .caso .el marido que. disp,onc,
y
la
,mli–
ger que obedece, aur.que no sea
po.r occo
motivo
mas
s'-'~
perior, que el de agradar,
-y
dar
g~~ro,
rnmpl
e consu .ob!j·
gacion,
y
r~ulta
ona
roMonancia .digna de
to.do
a.preci~;
· pero en caso de no ser confurme
á
razon lo que
eJ
m:¡–
tido dupnne, oo
h2y
para que dar ocro
~usro,
que
el
eje
una
mcénada
t gariva,
y
.perrnasion
q ue
ha~
ver
los
i?–
, , convenientes,
que
pueden
-rc~u!tar,
de
lle-va;:
á
d{c').o
seme–
jante .