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no cjones, que establ-ecen la mo ralidad de nuestras acciones;
y
la eduociori corno madre sabia,
y
previda cuych
de
qJe
la
ponzoñl no sufoq l1e en
e\
las semillas
<le
la vida : ins• ,
pira
á
eire nuevp Ciudadano del mu11do
la pm'faa del
bié11,
y
eU10rror del mal: procura q ;ie no
le seduzca
el
h,alagueiío exterior de los vicios: cierra las puertas del tier–
no corazon á las pasiones , que llenas de impaciencia quie-1
ren sujmrk
á
su. Imperio.
_
,
Este es el objeto de
la
ensef.í.10za publ ica. Qge
no~
ble.!!'.
q(if
gr;indd
quilll
regular,
y
COJ1forme
.á
los IorCre'–
ses del Gcviemo la senda que prescribe al corazon del
hombre
!
Quaoro' debe moverte
ó
Príncipe
!
y
quanto de·
hes ,iapredar-le.
De
esre purísimo manaoti1l 11ace
fa
csperan-
2J,
el hon0r,
el
consuelo pe.1 ge1icro.J1u.ma110: d·e aqui
ag~1-
arda
el
Pu.eblo .
rns
Reyc;s, .
y
Soberano5: _d_e aqui sale la
jus-j
ticia de los Monarcas, la cinceridad de sus Cortesanos, la
penecracion de
sus
Ministros de
E~tado,
la habilidad de los
Embajadores, la sumilion de
los Ciudadanos, el tal ento de
los , Anims, -y la sagacidaa ele los
Es~ritores.
De este cen–
t-roparteo
~odos
los p.untos,
y
á
el vuelven todos:
en esre
c.xeinalterable hán circulado las generaciones arrninadas
ya
porla
.guadaña de, los tiempos: las que aéluJlmente ocupan
este globo
haée~
lo ·;miso10,
y
.lo
mismo harán bs
fornrJs.
las. impre!iones
de Ja
niñez jamas se _borraran; por que
el
tiempo, !exos de demuinas, las fortalece mas, y
mas.
Qt!an·
do
la educacion no . emib:i
en
cimientos rnynosos es un
edificio, que resiste
á
los vientos, y hmacancs: la
faa
de la,
naturaleza ml1dl, y se renueva:
los
hombres mueren, y lucen.
fo¡:ar á
otras generaciones: los Imperios, los Reyno s ,–
los
.escablecimiencos humanos, todo se c
;onfor.deen
el
tor~
bellioo de las vicisirndes.
Los
prin~ipios
que se aprenden en
Ja
niñez
~OC\ !~~
estable$,
Y,
sob~evienc:n .~
codo
por . que
tie-