Previous Page  46 / 404 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 46 / 404 Next Page
Page Background

10

ALMA LATINA

LAS MODAS

¡Oh

la

mo<

a! ¡Qué palabra más

bonita! 1ne decia el otro ,

ía una

encantadora, colegia la. Estac¡:¡,mos

eu el Tennis de Barranco. Una

hamilde glorieta nos prestaba su

i:sombra cariñosa. Ella vestía un

irreprochable uniforme azul. Som–

brnro esc00és graciosa m.ente

la–

dead0.

A

la moda d e las trinche–

ras.

Unas botitas de charol apri–

sionaban

s11s

pies breves y finos.

Y

ella me decía abri endo sus

grandes ojos n egros.

-Y

¿C'.Ómo segni ria? Si este

bendito nuiforme no se presta pa–

ra riada ....

-Pero le sienta admirablemen–

te Rosita ....

-Ud. siempre tan cándido Ni–

colasito. Si sigue Ud. así no le

voy á 0o ntar nada.

Y

no va á po–

d er escribir s u articul o.

-No se moles t e Rosita.

Y

tomo

una humilde actitud infantil. La

actitud de los niños cuando l es

prome ten relatar! un cu ento. A

ell a le complace mi sumisión. Por

que con el aire de una abuelita

muy seria

y 111ny

dul ce

á

la vez

comienza su relato.

La moda es una pa.labra que

ha tenido siempre para las cole–

gialas un atractivo singul a r. El

atractivo de roda fruta prohtbida.

D e

aqní

qne el

yugo aznl d el nni–

forme les p a rezca insoportable.

Apenas si les deja libertad para

introducir nna que otra .moda.

En el peinado. En las libros. En

unas carteri-tas: que eran como un

tocador ambulante. Delicioso ras-

go 'le coquetería femenina.

En la

corbata. En los ojos.

-¿ En los ojos Rosita? ¿Esta–

rían de moda los suyos?

-No

me

interrumpa Nicolas-i–

to.

Y

!l.

le explicaré. Hay época.s

en ( ue se usan las ojeras. Una.

moda bastante fácil. Basta un

buen lápiz Faber para cs ':.ar

á.

l a

modR.

_Y

yo me imagino todo un cole–

gio de niñas ojerosas y pálidas.

D ebe dar la sensación de una sala

d e hospital. De enfermas de amor

y de tristeza.

Pero no es esc;1, la moda que ha

tenido más

éxito.

Un día. Mejor

dicho: una mañana. Faltaban cin–

co 1ninutos nara las nueve. Esta–

ban en pleno~ es turl-io. Un pasito

m enudo y apurado sonó en el sa–

lón.

Ingresa.ha

nnn. a.lumna de

3~

clase. Una de las r einas de la mo–

da. La a tención estaba fija en

f'lla. La rn'1clre

vigilnntP

rw no t ó

nada de p articnlareu la «toilette»

Pero las alu.mnas, se dieron cuen–

ta de algo. Un detalle. Un p eque–

ñísimo detall e. Dn detalle que

una de las que constituyen el Ju.–

rado de la lVloda calificó como:

«un admirable descuído».

¿Cuál era el detalle pregunta–

rán Uds? Pues simplemen te : ha–

ber dado una vuelta al cinturón.

Y

l a h ebilla de este se mostraba

r eluciente en la espalda de la in–

novadora.

En «los arreglos » la Reveren–

da Madre U. se pudo dar cuenta.

de que todas sus alumnas se ha–

bían distraído. Todas se habian

puesto el cinturon al revés . .

Esa es la moda en San Pedro.