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ALMA LATINA

23

Vuelve misia Asunción. Vuelven las niñas . Vuelve uno de los novios.

Hay "quorum" reglamentario Laura está ahora muy despierta y los

espectadores e1'tán soña,1do.

De pronto misia Asunción alza la

voz,

se levanta las mangas ele la

blusa y puesta en jarras grita a los mozos del Palais: ¡Fuern

!

¡fuera!

¡fuera! Los espectadores se despiertan. Alguien se pregunta si ha entra–

do Trolley a escena. Un filósofo optimista cree que la Providencia se ha

apiadado del público

y

lo arroja del teatro, La voz sigue tronando:

-¡Fuera! ¡Fuera!

El autor por espíritu de contradicción siente apremiantes d~seos

Je ..... entrar_ al proscenio, Vuelve Pepe azorado. Juan ha comet1do un

crimen. Sopla un viento de tragedia

y

el apuntador soµla más fuerte to–

{

davía, El criminal es llevado preso y el verdadero autor del gatuperio

sale a escena . Los aplausos suenan: idack! ¡clack! ¡clack! Cae el

telón .

Hay un largo respiro en la sala.

ACTO 2Q

El mismo decorado. El mismo mueblaje. El mismo público con algu–

nas excepciones. Los mismos bostezos.

. Las dos señoritas-Luis:1 y Rr_,sa--siguen cosiendo. Sin embargo

¡cuáutas cosas han pasado en el intermedio de diez minutos! Laura ha

alzado el vuelo con el den Daniel del Palais. Y en cambio misia Asunción

no puede levantarse de su silla. Ha aparecido en el barrio una señora

que se llama <CLa_Mala Fama». Esta µarece ser prima hermana de la

«grippe». Se esparce con una rapidez espantosa y hasta las señoritas

Chamorro se contagian. Según diagnóstico de un médico asistence al

espectáculo debe ser una enfermedad a los pies porque nadie puede entrar

a escena ni salir de ella. Con motivo de la aparición de doña Mala Fa–

ma, se produce un cierra-puertas y un cierra-ventanas general en el ba–

rrio. Se necesita un héroe

y

Pepe se atreve a entrar. La familia lo invita

a tomar sol en el trasratio. En la esperanza de que le hagan igual invi–

tación, Juan- que se ha escapado del presidio-entra también en escena.

Se encuentra con Rosa,

y

como desde su evasión del Panóptico solo pien,

sa en escapes le propone la fuga. Rosa duda. Hay una fuga de cnnso–

nant<:.s. Rosa llora. Y Juan se ríe. Rosa se queda

y

Juan se vá. Rosa que

sabe muy bien su papel limpia la escena para que Pepe pronuncie un dis–

curso Este se porta a la altura de su nombre. Y lanza una proclama

sobre los jóvenes humildes, sobre las desigualdades sociales

y

el servicio

militar obligatorio.

El públiC'o no sabe si reir o llorar. Y aplaude! El señor Bauclouin sa –

le a escena, le echa la culpa a los actores y

c1

ice

pH

ra

::-.í:

«¡Pero qué bue–

no me ha salido esto!ll Y el autor se vÁ. El público 1·espira satisfpcho.

Suena una bocina. No es sin embargo la ri el automóvil del señor de

la

Paz .

Es Laura que llega. Misia Asunción la recibe en sus brazos. Y

mirándola de pies a cabeza le dice: - ¿E-,te vestido te lo ha hecho Oesch ·

le? Laura se hace la sueca. Su madre la noruega. Hay un momento de

honda emoción familiar.

)?

Laura _resuelve quedarse. Pero el antom<> vil del señor de la Paz deja

\ oi.r su bocnía. Laura que d esde el primer acto estaba en relaciones con

\ ~1

autor, decide irse. Mi_sia A.sunción piens;:¡ dt:sniayarse. Pero, recorcfan –

lo que la obra no termma todavía, se contiene.

Sale luego a

la \' entana. Insulta a la lVIala F a ma. Le mete con–

versación al sol. Y entre broma

y

hroma le pide que se detenga en la bo -