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ALMA LATI A
TUS MANOS
¡
Tus manos.'
¡
Oh, los breresjazmines de tus manos
en donde toda tu 4lma se reconcentra a veces
cuando sobre las teclas del clave, palideces
en un florecimiento de rítmicos arcéinos!
¡
Tas mnnos! T;-in expertns, tan líricas, tan blancas,
tan llenas de un ;.1dulce gracia ele eucaristía
son sierpes que se embri!lgan de una íntima armonía
cuando secretos sones al cléiricordio arrancas.
En éxtasis de ensueño, yo sé que tú interpretas
esa letal angustia que lloran los poetas
y que es como un aroma sutil de poesía:
¡ Oh, si tus man
hreres, musicalmente buena
,
interpretaran la ardan sonar n de mis µenas
en el T'etusto clave de (/Ji melancolía! ..... .
PABLO
ABRILL
y DE
VIVERO.
QUIMERA
Quisiera saber con qué loca idea
sueñn tu rahecitél en este in tante;
en qué pai:,aje Hmpid(}
y
distante
el azul de tus ojos e recrea;
Con qué sed
y
con qué imposibles ansias
se abraza la fragancia de tu boca
y
qué recuerdo"' tu memoria er.nca
salvaudo del pasadn la distancia.
Para tener también el mismo empeño,
poder querer lo núsmo que tú quieras,
e ir en alas de tu mismo ensueño,
y
así, poder juntar nuestrfls quimera
,
¡como en la altura
su
florón la8 pédmas,
y
unir en la quimera n11estras almas!
H.
DEL
AG
ILA.
Lima, mayo de 1916.