Previous Page  357 / 404 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 357 / 404 Next Page
Page Background

•>

PARA ELLAS

Rincón amable,z

CARTAS A TERESA

fjRj"

III

"¡Oh felicís imos h abita n–

¡

es de los ca mpos s i co nocie–

sen su dicha! Preservados d e

la s guerras civiles. la ti erra

muy justamente, les

da

con

a bundancitt

un

fácil susten–

to."-

Virgilio.

Querida sobrina:

Hasta la tranquilidad de la aro–

niana hacienda ll egaron mis cartas,

qne mi buen amigo Juan Campos

ha contestado, para contarnos los

vagares de su vida campesina y los

r~c1;1erdos de su pasado de luchas y

v 1a1es.

Por que este mi amigo, sentimen–

tal

y

místico, con ese misticismo

tan ingenuo

y

misterioso que here–

dara ele las razas del Norte, que des–

de el país del Sur nos contara en

correspondencias admirables, las a–

cechanzas de nuestr (l s vecinos: bus

có, en la variedad de los paisajes

a lgo nuevo que llevara a su alma

sedienta de belleza

y

ternura, el

consuelo que tanto anhelara su es–

píritu, inquieto

y

soñador.

Y

de correr por aquí y peregrinar

por a llá, cansado de gozar y más

hastiado aún de sufrir, al no en

contrar en los centros de refinada

civilización lo que buscaba, trocó

la vida febr il de las ciu dades por la

quietud y reposo del campo. como

el Jacinto que nos pintara Ega de

Queirusen ' ·La ciudad y las sierras".

Como a quel "reseco vastágo plan·

tado en la Sierra, había chupado el

humus

del terruño heredado, había

criado sa via , echado raíces, exten ·

elido el tronco , desplegado ramas y

reventado en flores, fuerte, sereno ,

dichoso, benéfico, noble. dando fru–

tos, derramando sombra,,.

Como yo te contaré los oropeles

del urba no vivir, el narrarft desde

el apartado rincón de su~ amores,

la tranquila pa z de la aldea, la lu –

minosidad de los cielos, el Yerdor

de variaciones infinitas de los cam–

pos.

Sus cartas serári como auras re–

noYacloras del pesado ambiente de

de las ciudades.

Ellas como tu alma ele niño. re ·

fijarán la paz y

la belleza que la

atura encierra.

Jri an Campos te mostrará a lgo

de l::t exquisit::i urdimbre de su es–

PÍ!Ítu .

El nos dirá CU éLn to sugiere la ta

rJe.

Tú reflejarás su dulce melancolía .

Hast a la próxima:

EL

'fIO ]OAQUIN.