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REVISTA

~UINCENAL

ILUSTRADA ·

(Para ellas

y

para ellos)

CUEIU'O

1)]!;

n1r:nACCION.-D1RECTORES:

RAÚL PORl1AS B. Y GUILL~RMO L UNA CARTLAND.

ílEDACTOHES: MAi\"UEL A. V. DE VELASCO, ~IANUEL

J.

HOSPIGLIOSI G. S., LUIS R UILOBA, OCTAVJO

CI\STHO A, DAVID PAHEJA, GEIUIÁN ARAMBUHÚ L., EDUARDO HECAVARREN, ALBERTO VBLAO·

CHAGA, JORGE C. DA:--'COURT .

,,

§

AÑO 1

§

§

LIJUA, lo. DE NOVIEMBRE DE 1915

La

libertad de cultos

§

s

~

§

N ~

9 '

Alma Latina faltHría a su. programa

y

fompería la hermosa tradición de

sus creenci:t s si dejara pasar en silencio la sorpresa p2rlarnenta1·ia que el 30

ele Octubre ofrecie1·on a la nación los representantes de la cámara baja. Cuan–

. do la conciencia pública espera sanciones

y

recl a ma castigos, cuando hély

sa1~–

gre,

y h ay

traiciones

y

hay verguenzas de por medio, nuestros representantes

calla n.

Cuélndo las chusmas imperan, cuc111do las bombas estallan, cuando los

cu a nelazns recrudecen, nuestros representantes callan.

Y e11 cambio desatél n su elocuencia y esgrimen su valentía contra una reli–

gión que es de mansedumbre y de paz, contra una doctrin a que no tiene após–

tnles en l, ,s antesalas palaciegas, sino en la cnna de los expósitos y en la ca–

becera de los ancianos moribundos.

El golpe dado al artículo cuarto no va a redundar en m a l del catolic'ismo,

pero sí, e11 daño del país.

Cuando los anarquistas iucendien

y

saqueen, cuando los socialistas piso–

teen la :Jandcra naciona l, cuando 11uescro pueblo aprenda, las enseñanzas per–

niciosHs de doctrinas subversivas, cuando haya una sernan8 roja comó la de

Barcelomt, CUétndo

el

manso populacho se enfurezca y sienta el ansia homi–

cida de · las guillotina¡;; y las barricadas , entonces se comprenderá los males

que n. un p a ís puede oca~ionar la ruptu!."a violenta de lazos ancestrales.

L8 cruz nos ha amparndo desde los albores de la c·onquista, ella domó la

fiereza de los conquistadores y prestó su apoyo a la üwalid ez del indígena. A.

su sombra brotaron las primeras tentativas de insurrección, a su alrededor

se ;1g rupü.ron los héroes de nuestra época revolucionaria.

La cruz es el pasado y el presente del Perú. Ayer fue SHnta Rosa, hoy es la

lim

osna

que se reparte, el inválido que se recoje

y el

mendigo que se protege.

El.la,

ampara cor. sus brazos protectores a todos los desgraciados, ·es

"!.,n a

ca b

ellera encérnecida en el sacrificio, en la cuna mater02il

y

es una inmacu–

Ltcla toe,, de lino en los hospitales.

Esa cruz que se yergue en los campanarios y que trazó sobre nuestras

frentes la mano siempre bendita de una madre, esa cruz no puede caer. Pero

junto a eila se elevarán los símbolos extraños de religiones exóticas

y

el pue–

blo que sabía el refugio donde ha llar la paz de la conciencia se encontrar-á per–

plejo ante las sinagogas judías, las mezquitas árabes y las pagodas chinas.

Ya no saldrá en procesión la dulce imagen del crucificado, discurrirá

muy ,