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nalidad que
los hasta aqlli producidos por
los
susodi–
chos Sensaros , adornados ral vez con rodas las inve sri–
duns que debían suponer la realidad de un verdadero
m~riro.
·
DE LOS TRAGES.
B
IEN
podemos ignorar
el
conjunto de · causas
qL1e
i;ontribuye
3
formar el gusro panicular de cada N:icion,
como disrinto del de las <lemas Naciones; pero lo cier–
~o
es c¡lle cada uoa tiene el suyo , no solo en facultades
mayores , en las Ciencias , y en las Arres,
sino
tambien
:en
las materia s, y fo rmas de su vestido, alimento,
&e .
~
proporcion de aquel caraék r pmicular que
las diHin ·
gue hasta en
ws
mismas cosrumbrcs. El Ingles viste
de
un modo,
y
prefiere parJ su abrigo y adorno, ciertas mJtC·
;rías que al Frances parecen roscas, poco comodas,
ó
nada
aptas para su prolixo, y femenil aravio. PreF.ere el Holan -
1
d es un mge blando de estameña
ó
pnño
regul ar , en
.q ue
zabulli r sus miembros
con mucho
dcsha ogo ,
al
resto de
las materias ,
'j
forma s tan
var.ioen las <lemas
' t-Jac iones) siendo en
todas el bello sexo el que mas so–
'b rcsale en
su notable ?ifcrencia. Los trages masculinos
por
fin
,
en
medio . de su nacional diferencia, tienen al–
guna concx!on ,
y
semejanza entre si: púes
ramo el In–
gles , como el Francés, el Holandes , Aleman ,
Pnuil-
110 ,
y Ruso, como el Italiano, y Español , convienen
.tqdos en un
trage milicar
qnas i genérico
á
todas , ,
á
exce pcion de tal qua! diferencia leve en el coree
y
for-
ma de
HIS
casacas ,
y
ral qu1l variedad en la combina–
cion
de
su pelo proprio,
ó
ageno.
Hasta aqui corría
prospera
la carrera de mi ploma,
for·