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ALMA LATI JA
Ya
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quiere el palacio, ni la rueca de plata.
ni el balcón encantado, ni el bufón escarlata.
ni los cisnes unánimes en el lago de ;1zur.
Y están tristes las flores por
la
flor rle la corte;
los jazmines de Q,.;ente, los nelumbos del _\!arte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita -princesa de los ojos azules!
.
Está pres;.i eu s us aros . est;.i presa en sus tules
en
fa
j,-,
ula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigila.n los gua,rdas,
que cust udian cien negros con sus cien a.la.bardas.
un lebrel que no duerme
y
un dragón colosal.
¡ Oh , quién fuera hipsipila que dejó la cris;i}ida!
( La princesa está triste. La princesa está pálirla
).
¡ Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién vulara a la tierra, donde un príncipe existe
( La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba , más hermosa que abril!
Calla. calla princesa-dice el hada madrina·
-
en c;-1,b ;-i'Jlo con alas hacia acá se encanúna ,
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en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte;
y que llega de lejos, vencedor de la 1\!I.uerte,
a encenderte los lábios con su besn de amor,
RuBÉN DARÍO.
.
(