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palabra, una muestra de humildad basta para que sean creidos

1 aun tenidos por patriotai; a despecho de la razon i de pruebas

tan prominentes. Esta es la causa de la revolucion, i de que

jamas habrá órden en América.

Sin ser estraño yo a esos sentimientos, sin creerme ménos

compa ·ivo que otro hombre alguno, he tenido que forzar mi

natural por la necesidad de llenar mis deberes en muchos actos

de justicia;

i

confie o a Ud. que ahora mismo compadezco mu–

cho a un tan ruin traidor, que no tuvo valor para ejecutar su

traicion combinada. No oh tante, creo de necesidad su juzga–

miento, del cual deben resultar los esclarecimientos de todas

las ramificacione , i cómplices que ha tenido en aquellos delitos

'

que, como se deduce del manifiesto de Blanco, fueron bien acor-

dados i preparados.

Cualquiera anticipacion que yo hiciera de mi opinion, o del

uso qtic pudiera hacer de la atribucion única que me conceden

las leyes, fuera mui contraria al interes que todos tenemo en

el

e ~ c]arecimiento

deseado; i es por esto que me ab tendré de

decir Jo que podria hacer de ella, cuando e haya pronunciado

el fallo del tribunal que ha de juzgarle. En este tribunal debe

U d. tomar parte como su presidente: en él podrá U d. ejercer

sus sentimientos compasivos hasta donde las leyes se lo per–

mitan, concurriendo tambien a hacer los descubrimientos que

tanto convienen a nuestra seguridad futura.

Con tal objeto he ordenado que López sea trasladado al

cuartel jeneral, a donde tendrá U d. necesidad de ir, pues que

solo allí se pueden reunir todos los vocales necesarios para com–

poner el Consejo de guerra. ¡Ojalá que se logre salvar la vida

de ese desgraciado, sin perjuicio de la disciplina del ejército,

que tanto ha podido sufrir por su causa.

En este instante recibo un parte <lel jeneral Brawn hacién–

dome saber la victoria que el coronel

Camp~ro

ha obtenido

sobre un escuadren enemigo en Cochinoca, i la revolucion que

en U mahuaca ha tenido lugar en los dos cuerpos de coraceros

arjentinos que allí tenían; los cuales no habiendo logrado com–

pletar <::u plan, se han dispersado en todas direcciones i habian

llegado a reunirse ya a nuestra vanguardia unos treinta i seis

coraceros con tres oficiales,

i

se suponia que los mas se habían