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ces
del Or3ma muchls cosas que no teniendo
con~ion
ctrn ella, se veen practicar en los
Teatros.
Lo
llnico que
podiJ ocaiionar algu na duda,
ó
reparo es el argurnenro
amororn tan comun,
y
freque1 1te en nuestras comedias,
~ob 1 e
que formare
el
Rasgo del primer discurso.
PROSIGUESE LA MAlERIA ANTECEDENTE
sobre los Trage$·
'
Esta voz
Trages
en su riguroso signi6.cad()
de-be
comprender los diferentes vestidos , con que aeosrnmbran
cubri rse, abrigarse,
y
adornane las Personas de ambos Se1
1Cos en rodas las Naciones del Universo. Esto quiere
de•
e-ir la voz
Trages;
en
general,
y
sin expresion alguna que
:las contraiga á panicular significacion como quando de–
.cimas los Trages nacionales de EspaLía , Francia , Ingla.·
cerra. Cada N;icion tier.e su particular estilo en materia
.ele vestidos: qua! sea mejor
y
mas conforme al gusto qu.e
le debe regir no es facil de resolverse. Dicese comumen–
te,
que el lng!es
tiene buen gmro , que el Francés esta
·muy impuesto
en
las Leyes del buen gmto; y aun respecto
de
una misma Nadon, de un Pueblo ,
y
de un
mism~
estilo .se nora en cada indibiduo un
no !e que
de
vcn¡aj~,
y
esmero por que se dice qne
D.
F.
tiene buen gusw
eo vestir, que
DñJ.
F.
le
~icne
velfüimo ,
y
al cabo .si
prcgnntamos, en que comiste este bneo gusto
y
en que
esmban sus decamadas lrye5, nadi e sabrá dar oua razoo ,
sino íJlle
el
buen gusto consiste en irnirar con punwali •
dad esta,
ó
la orra Nacion , que mas
sobre~ale,
estas
ó
las
otras personas, que
en
cada P1.1eblo se presentan mas ay
ro·
sas; pcr.o esta re$puesta !eíos de saci1facer nos dexa <;n
la misma duda :
pue¡
aun igncramos
el
fundamento ,
que
tie.