Playas de vidas: novelas cortas

9ú Rosa Arciniega -¿De los demás? ¿De quién? -Hoy por ejemplo, de toda esta aldea; de una mu- chacha romántica, de usted ... -¡De una muchacha romántica! ... ¡De mí! Callen, por favor. Me han hecho cometer ustedes una indignidad, la mayor indignidad de mi vida. Yo príncipe! ¡Hacerme yo pasar por príncipe para ... sí; para engañar a un án- gel, para robar un candor! ... (Nostálgicamente mira hacia el castillo. Ha sido peor que una indignidad: ha sido un crimen. Pero ustedes son los responsables. Son ustedes los que vinieron a buscarme, los que hicieron co- rrer la mentira de que ... -Bien; pero pudo usted haberla rectificado al lle- gar ... -¡Al llegar! Imposible. Todo lo tenían ustedes bien tramado. Además ... , sí; habría sido peor. Descubrir la verdad entonces . habría sido asesinar su esperanza. No me ha quedado otro recurso que seguir la farsa hasta el fin. Y, al final ..• -¿Qué? -El final -indigno, manido, v1eJo, repetido- es és- te: el engaño, la huída, la fuga . . . Lo que pudo haber sido quizá una definitiva y bella aventura, digno broche de una vida, trocado en una vulgar aventura de puerto. ¿·Qué pensará ella mañana, hoy mismo, de mí? ¡Qué pensará! -De usted no pensará nada. En usted, mucho. Siem- pre. ¡Toda la vida! Pensará siempre en un príncipe, en aquel príncipe imposible que una noche ...

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