Playas de vidas: novelas cortas

Playa de Vida.e 21 car con tu reflejo, busco la lentitud de la curva? ¿Com- pren_des por qué sentí el huracán de la locura. al verte? Laura, Ofelia, Luisa, Alicia: no me interesa tu nom- bre. No quiero conocer tu rótulo, no quiero leer tu etique- ta de viaje. Para mí, puedes ser una letra o un número, un signo o una nota. Tampoco tu vida anterior me impor- ta. Y, en cuanto a la futura, a tu futuro, más que cocien- te de división exacta, prefiero que seas . para mí una X incógnita -la que nunca será descifrada-. Por eso no te hablo. Por eso no quiero tampoco que me hables. Así, en silencio, es mejor. En silencio. ¡En si- lencio! Como cuando eras estrella. Vamos a amarnos sin palabras a través de una impal- pable malla ultratelúrica mucho más sensitiva que todos los oídos mecánicos. Vamos a amarnos desde una altura estelar. Y desde estas antenas altísimas, nos enviaremos radiogramas tan sutiles que no podrán ser exprimidos en palabras ni fijados en papeles azules o malvas por las radiotelegrafistas terrestres. Nuestro idioma -idioma cós- mico- escapará a todas las antenas mecánicas y tempo- rales. Ofelia, Laura, Alicia o Luisa: los poros de tu armonio- so cuerpo, los de tus desmayados brazos, los de tu altivo seno, los de tus rítmicas piernas, constituirán el "morse" receptor de los radiogramas inexactos que te enviarán mis ojos, mi frente y mi pecho. Y sólo tú, quizá, -¡qui- zá!- ·acertaras a interpretarlos, a extraer el zumo de su recóndita significación. Y entonces no me confundirás con uno de esos mo-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx