Playas de vidas: novelas cortas

Playa ¡de Vidas 289 poteicarla en las que, por aceptar las de todos, no pueden perder ninguna. En nosotras, solkitas t01piqueras de es- ta playa. \ Acude el camarero, silencioso, servicial _entrenado espectador tarrnbién de naufragios-, sorteando hábilmen- te los repliegues del iujoso cabaret. Sirve el licor . en la mesa. Y yo comienzo a poner en prá1CtitCa mi sistema tera- péutico para espíritus desheclws. ~¿Vas a belber "wisky"? --Sí; quiero emborracharme. ¡Emborracharme! ¡Quie- ro olvidar! Esa es la frase ritual del desengaño de amor. Su e- terno. estribillo. Pero yo poseo el arte de sortear estas bo- rrascas sentimentales, como el camarero los repliegues de la sala. -¿Pretendes emborracharte? Como quieras. Pero te advier,to que harás el ridículo. Mira; deja el "wisky" y bebe "champagne". Es más alegre, más claro. Y disipa las tristezas. Además, yo te lo daré en mi copa. Por a- quí, por donde pongo mis labios. ¿Quieres? Queda la copa de "wisky" sobre la mesa y bebe del nuevo '"champagne" pedido. Ansiosamente. Avidamente. No importa. El "champagne" será su primera inyección de entusiasmo. Ahora, un ratito de dhaparr6n; una vio- lenta descarga atmosférica, · que habrá que aguantar im- pávida. -iTú no sq.bes por qué he venido aquí! No; no lo

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