Playas de vidas: novelas cortas

288 Rosa Arcinie~a por colorín. . pas. Los de sus billetes por los de mis ro- -¿Cómo te llamas? Me guiña picarescamente un ojo ensayando un tor- pe gesto de truhán. -No tengo precio. Vendo sólo un poco de alegría o de tristeza, según la necesiten mis enfermos. Pero a co- misión. O gratis --que también soy generosa-. Por el veinte por ciento del valor de una botella de "champag- ne", de una copa de pipermín, de un ajenjo o de un anís, rectifico trayectorias de vidas, calafateo quillas averia- das, pongo parches en psíquicas epidermis rotas. Nada más. Soy un taller de humanas reparaciones, nunca una. fábrica en venta. A tí, por el mismo pr~cio, te daré una lección de fracaso. Quiero, iluso mío, que aprendas a per- der. Anda, paga. Mira: en aquella mesa me espera un do- liente. Voy a salvarlo. * • * -¿Qué vas a tomar? -Una copa de "wisk;y". Pero del más fuerte. ¿Y tú? --Bien; "wisky". Inscripción en mi registro-catálogo: "victima de un desengaño de amor". Son las más numerosas. Y las más dignas de lástima. Perdedores de la fe puesta en una mujer, vienen a hi-

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