Playas de vidas: novelas cortas

Play.a, de Vidas ¿Quedarse con su hermana? ¡La vida es el ataúd de los sueños! Resuelta, Laura sale al pasillo. Como anoche lo atra· viesa de puntillas. Le horroriza la idea de no poder lle- gar hasta la verja, de . ser sorprendida en el camino .... Pero no; la puerta del jardín gira con cómplices sua- vidades. Muda 1 está también la ariena del senderillo ... . Los emparrados son palios acogedores .... Un quejido apenas: -¡Jorge! ~¡Laura! ¿Tú? Ven. Huyamos. Te quiero mía. (Al través de la reja, las manos se funden en se· Hado apretón. Se oye el silencio. La saeta de un sollozo lo desgarra). -¿Por qué? ¿Por qué ese llanto? Serás feliz, Laura. ¡Pronto! Huyamos. -iSí! Pero . . .. -iAhora mismo! -No; mejor mañana. Mañana. Escucha .... --No, Laura; tú eres mía. Yo te quiero mía. Vámo- nos. Huyamos. Ahora mismo. -Imposible. De pronto, el golpe seco de una puerta pone punto final a este "imposible". Se aye un penetrante alarido. Victoria cruza el jardín. Pero ahora, ni Jorge ni Laura la escuchan. En los ojos de los dos se ha reflejado el es- panto. -¡Huyamos, Laura!

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