Playas de vidas: novelas cortas

250 Rosa Arciniega te? ¡Esta dulzura inefable! ¡Esta relajación profunda de todas las cuerdas interiores! . . . . ¡Esta ausencia de deseos! ... Borrones. . . , borrones. . . , manchas largas. . . , fan- tasmas sin perfiles.... Se alejan de mí las últimas libé- lulas del pensamiento... . Me hundo en un lago tranquilo. . . . Percibo mi len- ta disolución en el aire.... Nada. * * • Es el sueño el torvo antro de las hechicerías donde unos magos exper:tísimos tejen peregrinas urdimbres irreales con los cabos del lino de una aguda sensación real. En la República Anárquica del sueño, los revolto- sos diablillos del Incons'Ciente -encerrados en aquellas profundidades recónditas por su ingénita maldad- sal- tan a la pista de la Imaginación a exhibir caprichosas pi- ruetas. A veces, son ellos los que fraguan planes y rpro- yectos que, luego, durante la vigilia, ejercen sobre nues- tra voluntad un despótico dominio. Otras, son el sordo reflector que ilumina oscuridades inviolables.. · . Mis diablillos de los sueños 1 de esta tarde me han ~u­ gerido una versión, tal vez irreal, pero artística y com· prensible, del hecho novelesco cuyas causas intenté ago· tar sin resultado durante la vigilia.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx