Playas de vidas: novelas cortas

PJaya de Vidas 243 Hasta que, de pronto, sin saber cómo, surge un te- ma: " ¿Qué opinan del amor libre?" así. Discusión. Diversidad de pareceres. Dice él ·con rotundidad: --iNo lo entiendo. No sé qué es eso. Mi amiga: -¿No? Ya lo creo. Si no, no habría usted contestado -Conozco la teoría; pero la olvidé en cuanto tuvf; ocasión de enamorarme. El que quiere, no pretende li· bertades. -¿No? -No. -¿Y también se olvidó usted de que el amor no es inmanente? La razón y la experiencia .... -Pero es que yo no amo ni con la razón ni con b experiencia. Amo con todas mis fibras psíquicas y ·mate- riales. Divertida, sigo gqzando en silencio. E:ntusiasmada con el juego de una fina esgrima verbal, presiento una polémica ruidosa, disparatada, inacabable. Ante mí, úni.. ca espectadora. Pero, de improviso, el debate queda truncado. Sin que los dos contendientes reparen en ello, nos encontra- mos hablando de cualquier cosa, de autores favoritos, de la psicología femenina, del terror al "más allá" .. . . , de la biología del crimen. Mi antiguo conoctdo, espfritu dostowieskano, se es-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx