Playas de vidas: novelas cortas

Playa de Vidas 179 ustedes- trata de ahogar su turbación en la rubia pisci- na de la copa de champagne. Es explicable. Las palabras de nuestro personaje han sido profundamente verídicas y emotivamente sinceras. Ha podido influir también el opio de la noche tropical; ·1a armonía de esa música finamente cribada por la distan- da; quizás ... -No lo niego; me satisfacen esas pasionales vehe- mencias. Pero acaso no pueda corresponderlas. ¿Sabe us- ted que estoy extremadamente delicada? -Sí. -Una fuerte pasión me aniquilaría en pocos días. Ameme usted desde lejos. Es el mejor medio de que las ilusiones resulten siempre bellas. -Quiero amarla a usted de cerca. Gloria, usted es mi más alta quimera. No puedo ya forjarme otra. -¿No cree usted en algo superior? -¡No! -¿No? Pensé que sí. No sospecha usted que ese ar- dor de su espíritu, esa vehemencia de su alma, esa intensí- sima .ambición por lograr lo más lejano, sea producto de algo que queda por encima de usted mismo? -No. Pero, ¿por qué me pregunta todo eso? -Porque quizá creyendo usted en ello, llegara a no poner sus supremas ilusiones vitales en lo que es sólo hu- mo. -No me importa nada. Mi suprema quimera, se lo re- pito, Gloria, es usted. (Atención: un hombre se aproxima a ella. Le recuerda

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