Playas de vidas: novelas cortas

Playa de Vidas 171 vemos todo con absoluta claridad, podemos penetrar to- dos los misterios psíquicos, explicarnos sencillamente lo que para ellos- para los habitantes de ese mundo- es un indescifrable arcano. Por fuerza hemos de ser bené- volos y casi paternales, jueces, apiadados de los esfuerzos y de los errores de nuestras criaturas por salir de su den- se:: oscuridad. Miren ustedes a nuestro personaje encerrándose cada vez más en su círculo. Un ambiente eufórico de poesía y de placer le rodea; pero él sufre. Aletean en torno suyo las mariposas de. las melodías ensayando escalamientos de cie- los nuevos; el aire es una rara esencia de mil flores, quí- micamente saturada de desfallecientes cadencias musica- les; ondulando en perfecciones y en divinas perversidades pasan las mujeres; el champagne repiquetea con los nudi- llos de la alegría en el cristal de las copas, pero él sufre. Se atormenta. Crea voluntariamente un infierno de fuego para su espíritu. -Me miró. ¡Me ha mirado! Sí; es ella; ella. La que yo ef;peraba siempre! ¡Mi ilusión: la he visto en sus ojos en un segundo infinito. He sentido su perfume, el divino perfu- me de su cuerpo armónico y musical. Amarte, mujer, a- marte hasta más allá de las fronteras de la pasión .... Te amo ya. Te he amado siempre. Porque, cuando he creí- do amar a otras; cuando algo he deseado; cuando mis an- sias imprecisas me lanzaban por todas las sendas del mun- do a tí te amaba, a tí te deseaba, te buscaba sólo a tí. No me importa saber quién eres, ni de dónde vienes, ni a dón-

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