Playas de vidas: novelas cortas

Playa de Vidas 167 ser ecuánimes espectadores de nuestra obra común. Pero, antes, un momento para inostrar a ustedes el nuevo escenario donde va a actuar nuestro personaje. * * • Un 2scenario simbólico, pero corriente: el pequeño mundo de un barco. El corte vertical de los bastidores es perfecto: elevándose hacia lo alto en una aspiración de idealidad, la antena de la radiotelegrafía; restregándose en la vulgaridad de los apetitos inmediatos y perentorios, el vientre de la cubierta; abajo, más honda todavía que la línea de flotación, la lucha infrahumana y ciega de los instintos inconscientes. La sub-representación -o coro- también es perfecta; cerebros que, arriba, siguen en el sextante la invariabi- lidad de una línea exacta; espíritus, al centro, meciéndose en el quebrado oleaje de todas las raras sensaciones; aba- jo, cuerpos- sólo . cuerpos- licuificándose ante el rojo vivo de todos los fuegos demoníacos y de todas las diabó- licas rebeldías. Gran baile sobre cubierta. La noche- pueden contem- plarla ustedes- es casi una gelatinosa postal romántica: dorada luna redonda a un costado; estrellas que hacen pensar en la falsedad de todas las joyas terrenas, al fon· do; "un muelle céfiro blando", hecho para ser cuna de las melodías orquestales; tibieza de la proximidad del trópi- co ...

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