Playas de vidas: novelas cortas

Flaya de Vidas 105 Uno ... otro ... otro ... Van sucediéndose sin des- canso, sin interrupción, los aros de esta cadena de pere- grinos de la vida, a dejar cada uno, en mi breve confesio- nario de intimidades, sus pecados. Y sus cuitas. Y sus mor- bosidades. Y sus dramas. Pequeña mesa de disecciones morales, por el mostrador de mi estrecha ventanilla de a- nuncios periodísticos, van desfilando uno a uno todos los tumores ocultos de la ciudad. Y todas sus lacras. Y sus de- formidades fisiológicas, internas, soterradas. Búsquedas carnales, complacencias eróticas, perentorias necesidades, humanas caídas. Y el amor. Y el hambre. Y la injusticia. Y el clamor desesperado. Y la patética llamada. Y el "S.0.S." desgarrador. Toda la rica gama del rico emocio- nario humano tiene su cotización en esta lonja de ele- mentales Valores. El hambre, la necesidad y el vicio vie- nen a gritar su satisfacción ante esta hornacina. Por aquí pasan, comprimidas en una sóla frase, en un solo gesto, en una oculta lágrima todas las novelas sin am- pliación posible que caben en una ciudad, todos los dra- mas de la vjda moderna, todas las tragedias -sin endecasí- labos ripiosos -que azotan a la humanidad. Secas, escue- tas, buídas, hiperreales, esencialmente puras. De toda la turbia inquietud de una existencia sin perspectivas, apenas si llega hasta aquí un pequeño sus- piro hecho súplica. De las noches sin albergue, de los días sin comer, del hoy incierto y del mañana totalmente os- curo, apenas sí un débil alarido cotizable. Doble realidad terrible que pone precio a los dolores! Insensible máquina numérica al servicio de una nó-

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