Unidad de la materia, o, Identidad sustancial de los reinos inorgánico y orgánico

-8 po.deres, gérmenes -latentes de desconocidas fuerzas que en el con-;. - . fusa torbellino de las evoluciones elaboran las múltiples formas de los organismos. . . Obrero inconsciente de la energía vital, el humilde átomo de car·bono teje sin cesar la misteriosa tela que confeccionada·por-la– sabia Naturaleza y adapt~da admirablemente á las condicione~ del medio en. que se manifieste, desarroM.ará las innú:líneia.s modal!~ dades de la vida, en esa caprichosa multitud de seres que pululan en sus inmensos receptáculos. Al iniciarse en el estudio de los seres, claramente percibe 1-n. inteligencia la identidad de orígen del reino orgánico y del inor– gánico, el principio de adaptación, de herencia y de selección pre– side siempre á todas las evoluciones del cosmos, materia, forma y energía constituyen su esencia; mineral, vegetal ó animal, solo .significan modos diversos de existencia; variados accidentes de . la misma sustancia; atributos de idéntica fuerza. Agrupl:l-ciones de átomos condensándose con mayor ó men~r energía constituyen montañas colosales, océanos sin límites, :flui– dos impalpables que penetrando por do quiera la inmensidad .del espacio, nos ofrecen .los fenómenos de füz, calor, electricidad y magnetismo, vibra-ciones distintas de esa última y más sutil mo– dalidad de la materia, el E ter, misterioso agente de la vida, q_ue penetra é imbibe todos los cuerpos, así los diminutos- intersticios moleculares como los espacios interplanetarios, síntesis sublime, unidad suprema de todas las fuerzas, de todas las energías, el éter, la más grandiosa concepción de la ciencia moderria, es el vehículo generador de la potencia vital en el seno de la activa y fecunda Naturaleza. La inteligencia humana desde sus primeros albores concibió ese desenvolvimiento gradual de la materia y la fuerza, y aunque fluctuando entre las nebulosas formas del simbolismo oriental, se vislumbra en todas las autiguas cosmogonías el germen de las modernas doctrinas, fruto precioso de constante labor y 1·eitera– das observaciones. Hoy la grandiosa hipótesis de Kant ampliada por Laplace Y aceptada universalmente en el mundo científico, ha dado la más racional y satisfactoria explicación del desarrollo y evolución de la materia cósmica, conforme á los principios axiomáticos de ~a _ mecánica; el rol que ella desempeña en las ciencias cosmogólll· cases análogo al de la teoría de Lamark en las morfológicas: como aquella esta, dilucida brillantemente los más árduos pro• blemas sobre el origen de los organismos, señalando el ~ol que cada uno ocupa en la escala de los seres y esparciendo abundan- · tísima luz sobre los más oscuros y recónditos mistados de la na-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx