Estudios geológicos en la provincia de Chancay

- @- que hoy se resbalan por todas las vertientes de sus cerro~, esas manchas ocroides que tanto des– piertan la atención están atestiguando allí la ac– ción inevitable de las causas externas, pues las primeras están constituidas por la silíce y las segundas no son sino la arcilla teñida por los hidróxidos de fierro, productos todos de la des– composición de los granitos. Verdad es, y es preciso decirlo, que en ese trabajo de desagre– gación efectuado durante largos siglos, no han influído siempre dichas causas externas con. los caracteres de intensidad con que hoy se maní• fiestan; otros tiempos hubieron, allá en los prin• cipios del período cuaternario, en que las accio– nes indicadas, principalmente las físicas, ejercie– ron sus influencias con energías infinitamente superiores, y en que los glaciares y las aguas corrientes han debido originar trastornos gigan– tezcos que apenas hoy podemos difícilmente concebir. Pero no es posible tampoco dejar de convenir eo que si bien es muy cierto que di– chos agentes obraron en un tiempo, los detritus que ocasionaron sus influencias no se hallan hoy depositados en el seno de su primitivo ya– cimiento porque han venido á constituir poste– riormente los elementos disgregados de los te– rrenos cuaternarios, que apenas alcanzdn las más bajas laderas de las montañas, mientras que se extienden en sábanas inmensas sobre los te– rrenos que yacen á sus plantas. Podemos, pues, dejar establecido que los ma– teriales de detritus que se observan sobre las montañas de este valle, han sido producidos ex– clusivamente casi, por las causas externas ac-

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