Boletín de la Biblioteca Nacional N° 91 92

ma = hacedor del mundo Wiraqocha con el mismo sentido, de la noción cristiana de "Creación", más precisada aquí en el vocablo ruraquenrman, que coincide con Domingo de Santo Tomá~ ("Hacedor = rurarec o ya~ chachic") o con Guarnan Poma, quien utiliza runarurac para "hacedor dt los hombres" y Pachacama para "hacedor del mundo". Aquí hay un pro- blema que escapa ciertamente a las posibilidades de esta nota, y que in- teresa a la lingüística histórica del quechua, requiriéndose un análisis de traducciones sucesivas de distintos términos en textos preparados para la evangelización. Debe añadirse que las "Anotaciones o escolios" sobre la tra·- ducción, proporcionadas en la Doctrina de 1584 y que se incluyen al final de la edición, ofrecen interesantes informaciones a este respecto. La Doctrina Cristiana de 1584 es un buen ejemplo de la C'Xplícita voluntad de la Iglesia de entonces de propagar el Cristianismo en la len- gua del pueblo que se quería evangelizar, ello explica el hecho importan- tísimo de que el primer libro editado en el PP.rú fuera multilingüe. Los esfuerzos en este sentido son conocidos desde que en los previos tiempos de la evangelización inicial de México, el impresor Juan Pablos diera a luz la Doctrina Cristiana en lengua española y mexicana (1548), elaborada por ios religiosos de la orden de Santo Domingo. Los trabajos que se realiza~ ron en 'el Perú son notables, y han sido destacados muchas veces: baste recordar que antes de la Doctrina Cri,stiana habían aparecido en España tanto la Gramática como el Léxicon de Domingo de Santo Tomás, célebre obispo de Charcas; poco después de la impresión de la Doctrina de 1584, el propio Antonio Ricardo editaría el Vocabulario y phrasis de la lengua general de l.cs indios ckl Perú Uannada Quichua ( 1586), término este úlltimo que, como se sabe, fuera inaugurado por Domingo de Santo Tomás. La preparación y discusión en torno a los catecismos andinos y su daboración no se había iniciado en el III Concilio. Fray Juan Meléndez, limeño, autor de los Tesoros verdaderos de las Indias (1681), había men~ cionado que durante el anterior concilio de Lima (1551), se había dado inicio a esta tarea por gestión del arzobispo Loaysa. En sus Concilios Li- menses, Vargas Ugarte reprodujo la Primera Constitución de los Naturales, correspondiente al primer concilio, donde se mandó evangelizar en lengua castellana o latina, justamente porque circulaban cartillas " ... en las leTu- guas de los naturales donde se contienen los principios de nuestra fe, y porque aun no nos consta que las dichas cartillas o alguna dellas esté tra- ducida y corregida conforme a la propiedad y significación de la lengua latina o de nuestro romance castellano ( ... ) mandamos ( ... ) no usen de las dichas cartillas hechas en su lengua hasta que tanto por nos, junta- mente con los autores dellas y otras personas que entienden bien su lengua, · sean vistas y examinadas ... " 7 • Hasta la publicación de la Doctrina Cris- tiana de 1584 subsistiría este tipo de disposiciones que limitaba el trabajo evangelizador en lenguas andinas, limitándolo al latín y al español; no obs- t:rnte, siendo visible la preocupación por introducir la doctrina en idiomas andinos, sería deseable conocer más acerca de las mencionadas cartillas y i Vargas Ugarte S.J., Rubén, ed. Con<:iliO$ lim~n~e~. Limé\ 195-1. I: 7, Y: 142. 7

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