Boletín de la Biblioteca Nacional N° 91 92

Nuevas evidencias sobre Ricardo y su familia han sido publicadas recien- temente por Carlos Radicati, quién añade informaciones sobre su familia turinesa y sus actividades; aclara que el apellido del impresor se escribía Ri- cardo y no Rieeiardi, como había sugerido José Toribio Medina\ La historia del libro en el Perú registra testimonios desde los días ini- ciales de la colonia. Muy tempranamente comenzaron a importarse libros, Y, IJUM:~~ dt; ;~llo;~º~:\ l:u .biblJotecas ,de encomenderos ~ue. YI\., se. ~n ertu- d1ado, as1 como las mvestlgac1oneS hechás en· torno al mercado hbrero· de los primero,s días españoles en los Andes. Pero los libros no fueron en el siglo XVI patrimonio exclusivo de eruditos, y pronto pudo apreciarse la presencia de una generación de hombres andinos no sólo bilingües sino que ejercían funciones de escribanos, leían libros y los escribieron. El libro sirvió de esta manera de importante instrumento para la comprensión y el análisis de los tormentosos tiempos que sucedieron a la invasión española del siglo XVI. A fines de esa centuria escribía ya Felipe Guarnan Poma de Ayala, el autor de la Nueva cor&nica y buen gobierrt() (terminada alrededor de 1615) ; era un hombre andino que no sólo proporcionó a sus contemporáneos y sucesores una perspectiva inédita desde sus tiempos, donde se revela el ttcerbo de una tradición andina viva, sino que la redacción de su propia obra hace ver el acceso a un universo bibliográfico, no por restringido me- nos importante. Guarnan Poma había leído diversos cronistas espaííoles a Jos que menciona (Agustín de Zárate, Gonzalo Fernández de Oviedo, Die- go Femández llamarlo "El Palentino", etc.) ; además, hay otros libros si no citados en su obra, su presencia se aprecia en la lectura de la Nueva coró- nica, como es el caso de la Hi3tmia, Pontifical y Catholiea de Gonzalo de Illescas, cuya difusión era generalizada en la Europa de aquellos días, y tnmbién el libro de Joannes Boemus sobre las costumbres, leyes y usos de las gentes, que se hallaba traducido al español desde 1556. Los libros sa- grados del Cristianismo formaron parte asimismo de las lecturas de Gua- rnan Poma y de un número indeterminable de sus contemporáne-0s. Muchos son entonces los testimonios de la presencia del libro entre la gente andina a lo largo de la colonia; baste recordar finalmente que en los años de la sublevación de Tupa Amaro la administración colonial debió prohibir la circulación en el Perú de los Comentarios reale.<r de los lne<U a~ comprobar~ se su influencia agravada por el prólogo que le aííadiera Andrés González cie Barcia. Hoy se sabe que el propio Tupa. Amaro importó ejemplares de 1a obra del Inca Garcilaso 4 • 3 Radica ti di Primeglio. Carlos. Antonio Ricardo Pedemontanus. Editorial Ausonia e Instituto Italiano de Cultura. Lima t985; véase también de A.M. RodrÍiJUe% Biddn9ham. Colonial Perú anc:I the Printing Press of Antonio Ricardo. Tesi.S' doctoral. Universidad de Michigan, 1977. i: Cárdenas, A. Mario. "José Gabriel Tupac Amaro. A propósito de un documento". Histórica. N<1 1, Lima. Julio 1980. 4

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