Libros y Artes Nº 93-94

Página 3 LIBROS & ARTES mino— y, de este modo, se enfrenta a la censura patriarcal y a la estética del canon; y (b) porque pone en el centro de su reflexión a un sujeto mi- grante que se ve someti- do a la opresión del capi- tal: como mano de obra barata y como ama de casa en la reproducción del trabajo doméstico. Luego, las poetas perua- nas han escrito a con- trapelo o guiadas por ese proyecto. No se puede ser indiferente a la fuer- za de una escritura como esa 5 . Con Varela y Ollé ya teníamos a dos gran- des de diferente factura. Una aplaudida por el ca- non; la otra, siempre en disputa. Esas poéticas que ha- blaban desde el ser mu- jer aparecían totalmente opacadas o ridiculiza- das en espacios domina- dos por una crítica más acorde a la contención y austeridad propias del canon masculino y que aceptaban plenamente la poética vareliana que jus- tamente tenía la virtud de ser exacta en un mun- do donde lo femenino es considerado excesivo. Su mantra era que la poesía «no tiene sexo», pero no- sotras necesitamos recons- truir nuestra genealogía. ¿Dónde estaba aquella es- critora que menciona Ma- riátegui en sus 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928), aquella de la que Minerva edita uno de los poemarios más im- portantes de la vanguar- dia peruana y latinoame- ricana: Una esperanza i el mar (1927)? 6 En la sección de sus 7 ensayos… «El pro- ceso de la literatura perua- na», señala que: Las épocas anteriores pro- dujeron solo poesía mas- 5 En los años noventa surgieron voces como Montserrat Álvarez, Violeta Barrientos, Roxana Crisólogo, Ana Varela y, posteriormente, Romy Sordómez, Tilsa Otta, Andrea Cabel, Cecilia Podestá, Alessandra Tenorio, Becky Urbina y, recientemente, Myra Jara, Rosa Granda y Valeria Román Marroquín. 6 El año 2017, la Casa de la Literatura Peruana hizo una edición facsimilar del poemario por los noventa años de su publicación, además de una exposición sobre la vi- da de esta poeta. 7 La Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) fue fundada en 1924, su líder histórico es Víctor Raúl Haya de la Torre y una de sus miembros fundadoras fue Magda Portal. Su participación en la política es bastante agitada y controversial. Uno de sus miembros, Alan García, fue presidente durante los periodos 1985-1990 y 2006-2011, y tanto él como varios integrantes de su partido han sido acusados de malversar fondos del Estado en los periodos señalados. Pero la historia oficial del partido la ha invisibilizado. 8 Susana Reisz (1996) afirma, en Voces sexuadas . Género y poesía en Hispanoamérica , que «Blanca Varela […] pese a su vocación de soledad y a su tenaz atipismo, ha te- nido un rol modelador en muchas de las poetas peruanas (y del resto del mundo hispanoamericano) posteriores a ella». más cercana, por la vita- lidad de su prédica, a la de las poetas jóvenes de los años ochenta, estas encontraron en Blanca Varela a su principal re- ferente, además de una amistad con la que ella también se sintió identi- ficada 8 . Magda pertenecía a la estirpe de intelectua- les con militancia y que padecieron persecución, cárcel y exilio. El APRA no ha sido un partido demasiado querido en el Perú, debido no solo a su pasado clandestino, si- no, y sobre todo, al des- calabro de sus gobiernos y a la corrupción de sus militantes cuando ocu- paron puestos en el Es- tado. Como poeta, no es que no haya bibliografía dedicada a ella, sobre to- do fuera del Perú, pero hasta hace algunos años las ediciones se encon- traban agotadas, sus poe- mas dispersos y buena parte de su producción permanecía aún inédita. Después de su poemario Una esperanza i el mar (1927), Magda se dedicó a sus actividades proseli- tistas y en Chile publi- có Costa sur (1945), que también incluye sus poe- mas escritos en la prisión de Santo Tomás (1934) en Lima. Su última pu- blicación en vida fue Constancia del ser (Lima, 1965), que incluye algu- nos poemas de Una espe- ranza i el mar y de Costa sur , además de otros poe- mas publicados en revis- tas. Al respecto de es- te, Daniel Reedy (2010) señala que «representa un importante paso en su restablecimiento como poeta nacional, después de veinte años de silen- cio poético» (11), pe- ro no es sino hasta ha- culina. La de las muje- res también lo era, pues se contentaba con ser una va- riación de sus temas líricos o de sus motivos filosóficos […] En nuestra época, las poe- tisas ponen al fin su propia carne y su propio espíritu. (322). El acento de Mariá- tegui en esa nueva sen- sibilidad parece haber sido borrado por la críti- ca posterior, y así la poe- sía de Magda Portal pa- sa a un segundo plano. Esa poesía «femenina», esa poesía que marca y crea un camino desde la mirada de un yo que rei- vindica su condición de mujer es relegada a un segundo orden. De este modo, y progresivamen- te, Magda Portal ha sido excluida injustamente no solo de la vida políti- ca por renunciar al Par- tido Aprista 7 , sino tam- bién de su relevancia en el mundo intelectual y en el canon poético na- cional. A pesar de que murió en el año 1989 y que su poética podía ser Biblioteca Nacional del Perú Av. de la Poesía 160, San Borja. Teléfono: 513-6900, anexo 7010 http: / /www.bnp.gob.pe LIBROS & ARTES REVISTA DE CULTURA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ Sinesio López Director fundador Ezio Neyra Magagna Jefe Institucional de la Biblioteca Nacional del Perú Libros & Artes Editora: Gracia Angulo Flores Fabiola Isabel Vergara Rodríguez Dirección del Acceso y Promoción de la Información Kristel Best Urday Jefa del Equipo de Trabajo de Gestión Cultural, Investigaciones y Ediciones Diseño y diagramación: Karina Haro Soto Corrección de textos: Rossanna Alva Figueroa © Biblioteca Nacional del Perú. Lima, 2020 Reservados todos los derechos Depósito Legal: 2002-2127 / ISSN: 1683-6197 Esta edición es posible gracias a Esther Andradi, Ana María Portugal, Daniel Reedy, Rocío Revolledo y a la Casa de la Literatura Peruana

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